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Primer día escolar del segundo año en preparatoria.

Un chico demasiado alto caminaba por los pasillos de aquel instituto en el que no encajaba debido a su altura, si bien, medir 1.83 y ser el chico flor llamaba la atención, claro que también la atraía por su aspecto, su diferente procedencia, que lo hacía ver... atractivo de alguna forma, pero no tanto para que un chico se acercara a pedir una cita o al menos poder entablar una conversación.

pues bien, el chico era gay, lo descubrió cuando una chica llamada Yuna le ofreció una flor en forma de delatar los sentimientos que sentía por el chico de tez sumamente blanca, a lo que él solo se limitó a un mohín alzando los brazos para negar aquella pequeña flor y los sentimientos de la chica con ella para seguir viendo a su compañero de a lado que se le hacía lindo.
La chica era hermosa, no lo negaba Kai, pero no le llamaba la atención, ni ella, ni ninguna chica, pero en cambio se sentía atraído por lo hombres, grave error para él y su altura.

Kai había tratado de salir con aquellos chicos que llamaban su atención, pero ellos solo se excusaban con "tengo planes, lo siento" "será en otra ocasión" la cual nunca llegaba.

Si bien, el chico consideraba su altura como una maldición, una graaan maldición.

Camino hasta llegar al lugar donde se encontraban Beomgyu con su novio Taehyun, Kai mentiría si negaba no sentir celos por aquella pareja algo diminuta comparada con su altura, pero vaya, se amaban aquellos dos pequeños tortolos que a veces dejaban a Kai a un lado metiéndose en un círculo vicioso y amoroso.

-¿Por qué esa cara de afligido?-pregunto Beomgyu en los brazos de Taehyun.

-El perro de mi vecino me volvió a perseguir hasta la parada del autobús- suspiró Kai colocando su cabeza algo cansado en la banca en la que se encontraban sentados.

-¿De nuevo?-pregunto ahora taehyun con sus brazos rodeando el diminuto cuerpo de su novio.

-Si... no me dio tiempo de alimentar a los pajaritos, me levanté con ánimos de salir bien de mi casa, incluso le di a gusgus y bambú fresitas, todo iba bien hasta que salí corriendo apenas vi a aquel perro del demonio-respondió Kai con un puchero triste en su rostro.

Una, dos carcajadas se hicieron presentes, eran Taehyun y Beomgyu o como les apodaba Kai el Taegyu.

-¡¿Por qué ríen?!-pregunto kai fingiendo indignación con una mano en el pecho.-ese perro es lucifer me pudo haber matado.

-Bueno, va, perdón.-se disculpó Tae en forma de dos por Beomgyu.

-Al menos ahora sabes que si quedas soltero tendrás a un perro que se quedará contigo toda la vida y estará loco por morderte.-hablo beom con una expresión divertida.

-No tanto como quedas tú cada que sales del baño sonrojado con taehyun, esas mordidas en el cuello, uff... imposible superar.-contraatacó kai tomando un sorbo de su smoothie sabor zarzamora que le puso su papá ten antes de salir y ser perseguido por un perro del demonio, casual.

Dejando así incómodos y sorpresivos a la pareja que tenía enfrente por lo que acababa de decir naturalmente.

-t-tú, vas a morir-titubeo Beomgyu ahora sonrojado.

-Beom, bebé, ¿crees que no me doy cuenta de los chupetones que te deja tae hyung? deberían disimular sus muestras de amor.-dijo un Kai despreocupado, pues bien, el era un testigo claro al ver a sus amigos salir del sanitario algo sonrojados con la excusa de "ahora vuelvo iré al sanitario" "te acompaño".

Ahora kai se encontraba con dos tomates diminutos apunto de reventar por su tono de piel.

-Por dios, Kai, eres un bebé, nuestro bebé, ¡¿donde quedó tú inocencia?!-cuestiono Taehyun aún con su sonrojo.

A mí altura  ㅤ𝅦      SookaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora