Jueves.
Miraba el techo con admiración, tuve que pagar $3 de retraso en la biblioteca. No era mucho, pero podía haberme comprado unas bebidas con eso.
En mis manos tenía mi celular, miraba la hora con frecuencia, a penas eran las 14:23. No sabía a qué hora debía estar en la cafetería para ir a estudiar con Manuel, pero no creo que sea a estas horas.
El pensamiento de llegar tarde a por él me tenía nervioso, por lo que de inmediato me levanté antes de caer dormido por tercera vez en lo que va del día, y tomé las llaves de mi auto y mi casa.
Tomé mi mochila, la cual tenía lista desde ayer para hoy y una gorra. Me la coloqué.
Me miré en el espejo antes de salir, mi buzo negro estaba en orden, con el logo de Nike en grande. Mi pantalón negro estaba bien y mis zapatos negros con blancos no tenían algún desperfecto.
Cuando me aseguré que todo en mí estuviera bien salí.
Saqué mi auto del garage y partí viaje a la cafetería.
Iba escuchando música de Michael Jackson, mientras cantaba. Mis dedos golpeaban el volante al ritmo de la música y mi cabeza subía y bajaba seguidamente.
Le había comentado a los chicos que invité a salir a Manu el domingo y que tenía que estudiar los jueves y viernes con él antes de los exámenes para segundo semestre. Ellos solamente me decían que usara bien los condones y que me asegurara que estuvieran sin ningún orificio, y también me deseaban buenas vibras para estos días. Fue lo que agradecí.
Llegué a la cafetería y bajé, dejando la mochila dentro de la camioneta.
Me paré frente a la puerta y entré, haciendo que la campanilla sonara. Decidí no enfocarme en las personas que voltearon.
Me dirigí a mi preciada mesa, esperando a que Manuel me atendiera.
—¡Valentín! —Una vocecita emocionada y alegre hizo que volteara rápidamente, efectivamente era Manuel.
Me abrazó, casi lanzándose encima mío y luego se separó, entregándome un menú. Demasiado rápido.
—Hola. —Murmuré viendo el menú. Miré la variedad. —Un latte light. —Fue lo único que le dije para entregarle el menú, él me vio raro e hizo un puchero. Mi vista fue a sus labios.
—¿No pedirás algo de comer? —Dijo señalando el menú.
—No. —Fue lo único que dije, él asintió y se fue con el ceño fruncido.
No recordaba si había desayunado o no, pero no tenía mucha hambre. Comprar algo de comer podría ser un desperdicio de dinero.
Saqué mi teléfono, ignorándome, mirando los mensajes del grupo que habíamos hecho con mis amigos. Estaban todos, incluyendo Manuel.
ds3.
Dani.
Cuándo joda?
2:56pm.
Spalatti.
Mi casa no puede.
3:00pm.
Edu.
Tu casa es la más grande.
3:00pm.
Sergio.
La casa de Valen es la otra
más grande.
3:02pm.
No.
3:05pm.
Ginés.
Seh, después de todo sabíamos
la respuesta que nos ibas a dar.
3:06pm.
Tomás.
La casa de Mateo.
3:07pm.
JuanCa.
Cierto, @Mateo.
3:07pm.
