14.

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Sábado.

Me desperté por el sonar de una alarma que no era la mía, quise voltear a ver de qué se trataba pero unos brazos se aferraron fuerte a mí, haciendo que mi cuerpo quedara inmóvil.

¿Dónde estaba? ¿Está es la habitación de Manuel?

Miré el cuerpo que estaba encima mío, Manuel. Estaba con sus piernas medio abiertas. Mis manos tomaban su cintura.

Nos habíamos quedado dormidos ayer, luego de una lectura. Ahora recordaba. Pero me alegraba que haya dormido un poco más de tiempo, me alegraba mucho.

Traté de moverlo, pero era casi imposible. Estaba fuertemente aferrado a mí, y podríamos decir que no tengo demasiada fuerzas por las mañanas por lo que me resultó una tarea demasiado complicada.

Con todas las fuerzas de mi cuerpo, me senté en la cama, sosteniendo mi peso en un brazo. Fue cuando me di cuenta que Manuel no estaba dormido. Se había movido, y no para caerse como cualquier dormido lo hiciera, él reforzó su agarre en mi cuello.

—¿Hace cuánto estás despierto? —Su cuerpecito se sobresaltó, haciendo que pegara un brinco. Mi voz estaba muy ronca, podía dar miedo.

—No mucho creo. —Dijo con una risita, sin separarse. ¿Por qué me encantaba tanto la posición en la que estábamos?

Ignorando la posible respuesta, alcancé su teléfono y se lo pasé, para que apagara la alarma. Busqué el mío, el cual no lo encontré. No sabía dónde lo había dejado, probablemente estaba botado en algún lado.

—Hora. —Pregunté.

—9:13. Dilataste 1 hora en despertar.

—No me despertaste.

Se quedó en silencio, yo sonreí levemente y acaricié su cintura con una mano. Agradecía mucho el hecho que no me haya despertado, aunque desconozco las cosas que pasaron en ese trayecto.

—Se nos va a hacer tarde. —Murmuré suavemente. Él aún no me soltaba, tampoco era que quería que lo hiciera. Pero llegaríamos tarde al local donde compraríamos el alcohol. —Todavía tengo que ir a mi casa.

—¿Me esperas a que me bañe y luego ir directamente a tu casa y buscar lo que tenemos que buscar? —Dijo en mi oído. Me pareció buena idea, al menos tendría la oportunidad de ver a Luka.

—Está bien. —Murmuré. Él aflojó su agarre y se levantó, lo miré fijamente.

Él me miró y sonrió, se miraba muy lindo recién levantado, bueno, después de una hora.

Buscó una toalla y se metió al baño.

Yo me senté para ponerme mis zapatos, y luego meter los libros que seguían en el escritorio y meterlos en mi mochila.

Salí, yendo al baño que estaba fuera, para lavarme la cara y la boca bien.

Luego regresé y tomé mi teléfono, mirando en los mensajes del grupo, que decían que todo fue un engaño y no iba a ir.

Quedamos a las 12.
Son las 9 apenas mono
neuronales.
9:20am.

Apagué el celular y salí de la habitación, con la mochila. Busqué en mi mochila un caramelo, el cual encontré, y me lo comí.

Esperé a Manuel, mirando los mensajes de los retrasados, culpándome de haberme levantado apenas a esa hora.

Escuché que una puerta se abrió, supuse que era la del baño. Posterior escuché unos cajones ser abiertos y cerrados.

𝘿𝙞𝙛𝙚𝙧𝙚𝙣𝙩𝙚𝙨 - 𝒘𝒐𝒔𝒑𝒍𝒊𝒌.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora