My Oh My.

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Advertencia: R18 y Smut!

Desde que Athanasia era pequeña supo que tendría problemas con su Padre.

Mientras otros niños de su edad podían volver de la escuela con sus amigos o por su cuenta, un auto siempre esperaría por Athanasia para llevarla directo a casa.

La mayoría de sus amigos podía ir a sus pijamadas, pero Sia no tenía el mismo privilegio, salir de la casa de noche era impensable, ¿quedarse toda la noche en la casa de alguien? Una abominación.

Cuando uno de los niños de su escuela le regalo una mariposa — un regalo bastante asqueroso si alguien le preguntaba, a parte de sus alas las mariposas no eran tan lindas — Su Padre la cambió a una escuela para niñas.

Por mucho tiempo Sia creyó que la actitud de su Padre era la norma, fue un shock cuando sus compañeras le información que de hecho, ese tipo de control no era normal.

Bueno, ahora que lo pensaba, su Padre nunca controlaba a sus hermanos de la misma forma... Es decir Dami podía tener amigos de ambos géneros, y eso estaba perfectamente bien, pero si Sia mencionaba en la cena el nombre de un chico, su Papá pegaría el grito en el cielo.

¿Que era justo respecto a eso?

Nada, en su humilde consideración, y Sia consideraba que como la hija de Batman era su trabajo impartir la justicia, como su Padre.

Sinceramente Bruce se la busco.

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A Sia le costó un poco entender la sobre protección de su Padre, hasta que comenzó a notar las miradas que recibía del sexo masculino — y de algunas compañeras también —que no se veían para nada inocentes, y de repente todo cobro sentido.

Batman tenía miedo de que alguien dañara la pureza e inocencia de su linda y perfecta Athanasia.

Así que Sia en busca de su libertad e igualdad, buscará eliminar hasta el último gramo de esa inocencia hasta el punto que no quedara nada que proteger.

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Las pornos no eran las suyo descubrio pronto en su cruzada por la independencia, se veía demasiado mecánico, y poco estético... Nop, no era lo suyo.

La lectura por otro lado... Bueno, eso era arena de otro costal, y aunque las novelas adolescentes no eran lo suyo y muchas veces la narrativa dejaba mucho que desear, las páginas que tenían algo de acción asumía compensaban el resto.

La masturbacion también probó ser algo maravilloso, y aunque sólo tenía su mano —Ya que su padre controlaba sus gastos, el bastardo —servía bastante bien.

El problema era que si quería hacer su punto, y declaración necesitaba un compañero —o compañeros, plural de preferencia — que le ayudara a mostrarle a su Padre que ya no era una niña a la que podía controlar.

Lamentablemente como ya mencionamos Sia iba a una escuela de señoritas y aunque estaba segura que varias estarían más que dispuestas a darle una mano, si quería hacer una impresión real a su Padre, debía ser un hombre. Mostrarle como todos sus intentos de mantener su virtud lejos de la manos de hombres lujuriosos no hizo nada más que lanzarla a los brazos de dichos hombres. — Eso era mezquino pero Sia era una AlGhul una familia que no era conocida por su capacidad de olvidar y perdonar, que era legendaria por mantener resentimientos por siglos. — sería divino.

Volviendo al tema atrapada en una escuela sólo para señoritas, con viajes de ida y vuelta directos de la escuela a la casa y viceversa, Sia se veía en la incapacidad de conocer a un buen hombre con el que llegar a un... Acuerdo, y si tenía profesores hombre, pero a diferencia de como eran en los libros que leía, ninguno cumplía con sus estándares mínimos, y no estaba tan desesperada — Aún —.

An AlGhul/Wayne with a plan: Of how to get a RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora