Witcher Au 1

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Desde que Sia era pequeña siempre quiso una cosa, una bastante simple y común pero que de alguna forma siempre parecía escapar de su alcance.

Una familia.

Sia quería tener el tipo de familia de las que leía en sus cuentos, que no eran perfectas pero que al final del día estaban el uno para el otro, con amor incondicional aún si no lo expresarán en palabras, ese lugar que sin importar que tanto el mundo te diera la espalda, sabias que eras aceptado, que encajabas.

Creyo tenerlo cuando era una niña, con su abuelo y sus sombras, pero pronto se dio cuenta que era una mentira. Su abuelo quería una herramienta, una sucesora, ¿una nieta? No neceseriamente, tan solo quería alguien con su poder. Sus sombras la adoraban, no la amaban, la adoraban, como uno hacía con un rey, o un dios, solo veían de Sia lo que querían ver, las partes de su persona que iban con la imagen mental que tenían de como debía ser un líder, alguien a quien seguir y dedicar su vida, Sia no quería ese tipo de devoción, en especial cuando llevaba a la muerte de aquellos a los que quería.

La tercera vez que durante un ataque una de sus sombras hizo de escudo humano en lugar de permitirle pelear, tan sólo dando su vida como si no fuera nada, como si su muerte fuera la única opción lógica en esa situación tuvo suficiente. Sia no lloro al ver como la vida se iba de los ojos de una de las sombras que la cuido desde que tenía uso de razón, tampoco celebró su vida, sólo apretó sus puños y resolvió que en las paredes de Nanda Parbat jamás podría encontrar aquello que realmente deseaba.

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Realmente espero que las cosas funcionarán con su familia, con su Padre y hermanos, podía notar como lo intentaban, como la amaban, pero Sia no encajaba.

Una vida en la liga le dieron ideales, formas de pensar muy distintas a las del resto, su Padre tenía ideas muy diferentes que aunque sus hermanos compartían en mayor o menor grado, eran las mismas, todos tenían una base fundamental que era muy diferente a la de Sia, que la hacían una extraña.

Lo intentó, los dioses saben cuanto intento, ser como ellos, pretender que entendía sus inocentes ideales, lo intento tanto... Hasta que ya no se sentía cómoda en su propia piel, hasta que no reconocía las palabras que salían de su boca.

Se fue, de nuevo, tomó sus cosas y se subió al primer barco con un destino muy muy lejano, tal vez, empezar de cero era la respuesta.

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Sia no era tonta, sabía que aunque dejó a su Padre atrás, no necesariamente significaba que él hiciera eso, su abuelo siempre lo describió como un obstinado idealista, así que era cuestión de tiempo para que la buscará con sus hermanos ayudando de seguro, y ya que no quería regresar a un lugar donde no se sentía como ella, un cambio fue necesitado.

En el barco conoció a un bardo bastante alegre, que le enseñó de canciones, música, y Sia encontró las respuestas a sus problemas.

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Wise men, say, only fools rush in, but I can't help, falling in love with you you (hombres sabios dicen, solo los tontos se apresuran, pero yo no puedo enamorarme de ti) — Canto con su laúd ganándose varios aplausos y buenas monedas, parecía que el dinero no sería un problema hasta el siguiente pueblo.

Agradeció al público y estaba por irse a sentar a un lugar con varias personas con las que hablar hasta que noto una figura solitaria al fondo, en contra de la pared, un lugar bastante cómodo estrategicamente hablando, con la pared detrás, y una vista a todas las salidas dejando poco a ningún espacio para un ataque sorpresa.

Un soldado, su mente le dijo, eso explicaría su mirada sería, y el constante mal humor, Sia conoció a varios hombres que luego de pasar por un campo de batalla encontraban difícil sonreír de nuevo. Pero había algo más... Su cabello era in usualmente blanco para alguien que no parecía tan viejo, y esos ojos...

An AlGhul/Wayne with a plan: Of how to get a RobinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora