Capítulo VII

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5 de agosto 2009

¿Cómo había pasado todo esto? No lo entendía. En un abrir y cerrar de ojos todos mis planes junto a ella en este verano se había venido abajo y lo más importante, no sabía si la iba a perder o no. Halsey me había dado el número de Taylor y Ella era la que me informaba de su estado. Mis ojos ya no tenían mas lágrimas, estaba desconsolada. Para mi suerte ya yo había salido de vacaciones y no tenía que lidiar con pruebas porque no iba a poder enfocarme

Tuve que pedir un tiempo en la academia y en el instituto de inglés porque no había forma de concentrarme, mis pensamientos estaban muy lejos de Mexico, para ser más específica estaba en Salt Lake City.

Revisé mi móvil por enésima vez en menos de 5 minutos para verificar si Taylor me había escrito, según la última noticia había sido que Lauren necesitaba con urgencia cinco donadores de sangre. Yo estaba desesperada

—Mila, mi mamá dice que bajes a almorzar y que no acepta un no— La voz suave y dulce de Sofi me hizo levantar la mirada.

Mi cuarto era un desastre, lo único que estaba haciendo era bañarme, comer un poco, mirar el teléfono y dormir. No quería hablar si no era con Taylor o con Dinah.

—Ya voy— respondí a regañadientes

Era injusto y en parte culpaba a Lauren de lo que había pasado, si ella se hubiera quedado en casa nada de esto hubiese pasado, la ojiverde estaría junto a mi, riéndonos, abrazándonos y besándonos. Injusto

Salí de mi trance para caminar con desgana y a pasos lentos hacia la sala, mis ojos se achicaron ante la luz solar que traspasaba la cortina del salón, mi mamá me miraba con una evidente preocupación y mi padre suspiraba pues, no podía hacer nada.

Sin más me senté en la mesa para empezar a comer pero sentí la mirada de desaprobación de mi madre haciendo que yo dejara a un lado los cubiertos

—Tenemos que orar y dar gracias primero, lo sabes Flaca—

¿Dios? ¿Qué Dios?, ante estos hechos era evidente que Dios no era mi persona favorita en estos momentos, no entendía dónde había estado él cuando todo pasó con Lauren, mis creencias empezaban a ser débiles con dicho acontecimiento. Mi rabia aumentó sin poder evitar soltar un comentario ácido.

—Claro, como Dios nos escucha tanto...— Hice un chasquido con la lengua

—¡Karla Camila!— me reprendió mi madre

Me levanté drásticamente de la mesa con los ojos lleno de lágrimas y de rabia —¡¿QUÉ MAMÁ, QUÉ?! ¡¿DÓNDE ESTABA ÉL CUANDO LAUREN LO NECESITABA?! ¡¿DÓNDE ESTABA ÉL CUANDO ELLA SUFRIÓ ESE ACCIDENTE?!, ¡DIME! PORQUE ANTE MI PUNTO DE VISTA, ¡MI DIOS, TÚ DIOS, ME HA FALLADO!

Mi respiración era errática mientras veía cómo mi madre me miraba con reprobación, ella era la más creyente de la familia, mi padre era católico pero tenía cierto repudio con el Vaticano.

Sin más ella bajó la cabeza, negó lentamente para juntar sus manos y comenzar a orar. Sin poder evitarlo más, simplemente regresé a mi habitación.

Los minutos pasaban tan lento que era una maldita tortura, soltaba un suspiro cada vez que miraba la hora de mi celular y pensaba en los distintos escenarios. ¿y si me hubiese enojado? Tal vez si me hubiera enojado ese día, la hubiera obligado a que se quedara conmigo y ella no...

Agarré con fuerza la almohada para ponérmelo en la boca y soltar un grito desgarrador, estaba enojada con todo el mundo, incluyendo a la ojiverde.

Comencé a pensar en tantas cosas que no me di cuenta en qué momento me había quedado dormida, sólo la vibración de mi celular notificando un nuevo mensaje me hizo despertar. Adormilada solté un bostezo mientras desbloqueaba el celular, la contraseña era el dibujo de una L.

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