La palabras se habían quedado mudas en aquel momento ¿Qué mierda había pasado? En la mañana habían peleado como siempre, sin embargo no pensó que aquello llegará a mayores.
— ¿Qué mierda, Stephen?
—Como oíste Everett, lo mejor es terminar
—Lo mejor para mí o para ti para que corras a los brazos de Palmer.
Stephen bufó molesto, allí iba otra vez el tema de su ex.
—Es por los dos, ya no congeniamos y pasamos peleando solamente, Everett
—Lo podemos arreglar.
—Los dos sabemos que no es así, estamos mal, demasiado mal que entre más juntos estemos peor daño nos haremos
—Entonces este es final ¿No?
—Lo siento, Everett.
—Solo respóndeme una sola pregunta, Strange ¿Alguna vez me amaste de verdad?
El silencio compareció el lugar, era un silencio tan ensordecedor y dolido que a Stephen Strange le dolió mucho más que cuando tuvo el accidente.
—Eso es todo, espero que sea feliz, Dr. Strange.
Minutos después se escuchaba un portazo por el lugar, bajo en el asiento, se sentía tan pequeño, tan inválido, tan... estúpido.
Pero necesitaba hacer eso para que Everett no sufriera su muerte en algunos meses más para poder salvar el mundo.
Para poder salvarlo a él.
