Los asgardianos no se encontraban de todos tranquilos, sabían que en cualquier momento el dios de las mentiras y las travesuras escaparía de su confín, era Loki, por supuesto que en cualquier momento se podría escapar, sin embargo la sola idea de que el dios escapaba les daba temor, si los temblores se detenían, si Loki aparecía daba comienzo a un terrible cuadro de desolación, matanzas y sangre por todo Asgard, el Ragnarok.
Hela miraba calmadamente todo desde la ventana del palacio, Odín la había convocado para saber qué resolución llevaba el oráculo, lástima que este no había cambiado nada y por supuesto, la idea de Hela tampoco había cambiado, ella sabía que cuando su padre se alzara de donde estaba atado lucharía a su lado.Al final y al cabo, también se encontraba maldita.
Es por eso que cuando los temblores cesaron y el gran terremoto se situó en la ciudad de oro la diosa de la muerte dio media vuelta para dirigirse a su sala de armamentos preparándose para una guerra que le pertenecía tanto a ella como a su familia. Odín les debía unas cuantas y ella personalmente lo haría rogar para entrar al Valhalla y no fuese depositado en Hel. Una sonrisa apareció en los labios de la pelinegra al ver sus armamentos como espadas, katanas pero su privilegiada espada de la noche la acompañaría en aquella ocasión para recoger la mayor cantidad de almas posibles.
Suspiró oliendo aquel delicioso olor del metal cuando sintió un ruido a sus espaldas, se dio vuelta rápidamente blandiendo su espalda cuando vio a Sif con sus ojos lloros admirándola, su garganta se cerró por un momento y el remordimiento atacó su mente, había olvidado totalmente aquel detalle.
—Vete de aquí, Sif.
—Hela, por favor...por una vez en tu larga vida deja la venganza de lado, deja de interponer a tu padre y piensa en el cachorro, nuestro cachorro.
—Sif, debes irte, tienes que irte de aquí ¡Ya! Heimdall te ayudará.
—Hela, si tu luchas yo lucharé, si debó luchar contra ti pues lo haré puesto que mi pueblo me necesita.
—¡El cachorro te necesita mucho más que estos estúpidos asgardianos!
—¡El cachorro necesita también de ti, Hela!
—Mierda, Sif, soy la maldita diosa la muerte ¡No puedo morir!
—Entonces si yo muero espero que seas muy feliz con mi alma, su majestad.La guerrera se dio la vuelta para salir de aquel lugar, la guerra estaba comenzando y entre lágrimas Sif se despidió de Hela en silencio puesto que sabía al salir de la ciudad de oro y pelear por su pueblo, irremediablemente moriría.
Y así fue.
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Shoot's y Drabbles Marvel.
FanfictionShoot's y drabbles de diferentes parejas de Marvel.