Queridos lectores. Deseo informarles que lo que van a leer a continuación es una nueva versión, una edición mejorada del libro. Y, por lo tanto, habrán muchos cambios, no sólo estilísticos u ortográficos sino que también podrán notar estos cambios en la portada, en el título, y por supuesto, en cada capítulo: encontrarán nuevos párrafos, nuevas frases, nuevos diálogos, nuevos nombres, nuevos apellidos, referencias y apologías literarias, etcétera. Pero no se alarmen, la historia sigue siendo la misma; créanme que todos los cambios que he realizado han sido indispensables para entregarles un buen libro.No soy un lector de Murakami, pero hay una frase de él que me gusta: "Reescribir por última vez. Reescribo y reescribo una y otra vez hasta el extremo de aburrir a todo el mundo". Así que, si él que ya es un escritor consagrado reescribe y corrige hasta el hartazgo, con mucha más razón debo de hacerlo yo que apenas y soy un escritor novel; de hecho, ni el escritor más profesional se salva de tener que corregir sus libros, así lleve años escribiendo, los únicos que no se toman el tiempo para eso son los escritores mediocres. Y yo aspiro a ser mejor escritor, por eso estoy editando mis libros con tanto fervor. No obstante, me disculpo si mis constantes ediciones ya los tienen aburridos, pero literariamente hablando, la edición es algo inexcusable, por lo tanto, no puedo dejar de corregir, así sea sólo una coma o una palabra mal escrita. Y sin hiperbolizar he editado este libro completo ya diez veces, esta es la décima edición, pero no se imaginan la cantidad de veces que he corregido un mismo capítulo, creo haber leído y corregido sólo el primer capítulo unas cien veces (y el mismo proceso ha sido con todos los demás capítulos) porque luego de corregir voy releyendo y aún así me encuentro con varios errores, o, bien, leo algo que no me gusta o encuentro un diálogo o párrafo que puede mejorarse o se me ocurren nuevas ideas o frases y tengo que volver a cambiar las cosas, agregar, modificar, quitar, etcétera. Y créanme de que ha sido así, porque incluso esta simple nota de autor que ahora leen la corregí y la reescribí unas veinte veces.
Editar ha sido tedioso y al mismo tiempo divertido, caótico y organizado, sobre todo, cuando leo los nuevos cambios y veo que eran completamente necesarios para mejorar la prosa y la calidad del libro. Ahora creo que finalmente está listo para ser leído.
Porque si un texto no ha sido trabajado lo suficiente se nota a millas de distancia, peor aún, si se trata del primer borrador, incluso el lector menos hábil puede notarlo con facilidad, así también si un manuscrito ha sido trabajado rigurosamente el lector podrá verlo fácilmente en la primera línea que lea de la novela, son cosas que en absoluto pasan desapercibidas.
Por ejemplo, me pasó con un libro: El niño del pijama de rayas, la historia me gustó, pero me dio la sensación de estar leyendo el primer borrador del libro, como si el escritor lo hubiese escrito en una noche y al día siguiente lo hubiese publicado, sin más, sin detenerse a repasar o estructurar lo que había escrito. Y no sé si sea cierto, pero había leído que el autor confesó haber escrito el libro en dos días y medio, y si no fue reescrito con detenimiento es entendible la sensación de celeridad que me dio la lectura. Quizás el escritor le envió unas páginas a su editor y el editor dijo: "Necesito dinero, publiquémoslo", y el autor dijo: "Pero pensaba tomarme un tiempo para reescribirlo", el editor respondió: "Está bien así, no hace falta reescribirlo, lo único necesario es saber venderlo". Y bueno, ya conocemos el resultado. Reitero, la historia me gustó y el argumento me pareció interesante, pero el estilo descuidado y apresurado no terminó de gustarme. Además, de que se sentía un nulo conocimiento sobre lo que fue ese hecho histórico en particular. No sé si haya sido a propósito teniendo presente que se trata de un libro juvenil o infantil, pero bueno, las verdaderas razones sólo el autor las sabrá. Y yo cometí el mismo error publicando el primer borrador de mi libro, pues se sentía la misma sensación de ser un escrito primerizo, de ser un manuscrito que no había sido trabajado. Y no pretendo sonar egocéntrico, pero ahora mi libro ha sido reeditado y reescrito una infinidad de veces, así que espero que puedan apreciar el resultado de meses y años de trabajo.
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LA AMISTAD QUE ESCRIBIMOS ©
RomanceOliver Pickwick es un joven de clase media con un sueño bohemio: convertirse en escritor, pero con un conflicto más grande que el de la escritura. Está enamorado de su mejor amiga. Daphne Catwell una joven de familia millonaria con el pobre sueño de...