13 ━ real life

3.8K 299 155
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


13. Un helado del destino.



Ese día había un sol hermoso y se sentía un aire fresco, perfecto para salir. Tomé mi cartera de la habitación y fui directo a la entrada del apartamento, abrí el cubículo donde guardaba los zapatos y tomé unos tenis. Haciendo equilibrio para no caerme mientras me colocaba los zapatos apareció Alex recién salido de la ducha. Iba directo a la habitación, pero cuando notó lo que estaba haciendo se detuvo de golpe.

—¿Vas a algún lado? —preguntó curioso.

Mierda.

—Voy a hacer las compras. —dije mientras tomaba las llaves del apartamento. —Hace un buen clima y no sabemos si nos quedaremos encerrados en estos días, necesitamos suministros.

Siendo honesta, sí lo necesitábamos porque a Alex tenía casi vacía a la alacena, pero lo haría después del asunto con Timothée.

—¿No quieres que te acompañe? Seguro serán muchas cosas. —dijo tomando rumbo a la habitación apresurado, pero mi respuesta interrumpió su rumbo.

—No, no. Descuida, sólo compraré lo esencial. —repliqué. Caminé hasta él y me acerqué para depositarle un beso en su mejilla. —No tardo.

Sin esperar respuesta de él, tomé mi teléfono y salí del apartamento.

Estando en el ascensor, empecé a sentir remordimiento por no haberle dicho a donde realmente iba, pero si le decía seguramente se hubiera molestado sabiendo que es con Tim. «No siempre le debía explicaciones» ese fue mi consuelo. No es que estuviera haciendo algo malo; era solo una salida con Timothée fingiendo ser amigos de nuevo. Ni siquiera sabía como había logrado convérseme tan fácil.

¿Por qué accedí así de fácil? Sí, porque estoy bien estúpida.

Ya era demasiado tarde para arrepentirme. Salí en cuanto se abrió la puerta del ascensor en el primer piso, me aproximé a la entrada del gran edificio de apartamentos, pedí un taxi y este acercó permitiéndome abordarlo. Le indiqué a donde me dirigía y se puso en marcha.

Durante el pequeño recorrido y algo de tráfico, noté que me sudaban las manos y que me estaba tronando los dedos. Me odie por ponerme en ese plan. Sabía que vería a Timothée después de bastante tiempo y lo tendría cara a cara de nuevo, pero esta vez no podría aventarle un tacón como la última vez. De alguna manera, las ganas de verlo me consumían, a pesar de todo.

El auto se detuvo enfrente de la gran avenida. Le di su pago y me bajé del auto.

Los nervios me invadieron como nunca en ese instante. Soltando un gran suspiro para sacar todo eso, seguí adelante.

Crucé la calle y ya estaba dentro de la avenida, divisé la misma cantidad de gente que frecuentaba el lugar, había algunos caminando a lo lejos y otros en los comercios de los costados de la calle, pero no veía a Timothée. Ya había estado un par de veces en Santa Monica, pero nunca se quitaba la sensación de turista cada vez que iba. Continué caminando por la acera viendo por los ventanales de los negocios.

𝐖𝐇𝐎 ━ 𝘵. 𝘤𝘩𝘢𝘭𝘢𝘮𝘦𝘵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora