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-¿Por qué no atendías mis llamadas?
Summer regañó a Leah. Ayer había desaparecido sin dejar rastro, no le respondía las llamadas, intentó contactarse con Seth, fracasando también en el intento.
-Estaba ocupada, Summer.
La chica notó que algo estaba mal, Leah nunca era cortante con ella.
-¿Está todo bien? -la castaña preguntó.
-Estoy nerviosa -admitió Leah con vergüenza-. Ya casi tendré que ir a casa de Emily y es difícil, entiendo las cosas y que el destino es así, pero ¡diablos! Es mi ex novio, íbamos a casarnos.
-Lee, claro que te entiendo -jugó con el puño de su suéter-. Y eres extremadamente fuerte por poder enfrentar la situación ¿sabes? no cualquiera puede aceptar aquel hecho, yo no podría.
Summer fue sincera, siempre podía ser sincera con Leah, era su hermana de otra madre.
-¿Cuándo es lo de Emily? -intentó recordar la fecha.
-El viernes.
Bien, era martes, aún faltaban algunos días, sabía que debía contener a Leah muy bien, si bien podía mostrar lo fuerte y madura que era, no podía negar que aún era algo que le dolía profundamente.
-¿Algún día me dirás lo que escondes? -Summer trató de ser directa.
-Ojalá no -respondió leah recibiendo una fea mirada de su amiga-. Quiero mantenerte a salvo, Sums. Quiero que me sigas viendo como tu mejor amiga y no como a un monstruo.
-Leah -negó casi sin creer las palabras anteriormente dichas-. Nunca podría verte como un monstruo. Para mí siempre serás la mejor persona que puede existir en el mundo.
-Si en algún momento sabes la verdad, espero que sigas pensando lo mismo.
