¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
❁━━━━━━✧❁✧━━━━━━❁
Si Summer pudiera describir la cena en una palabra, probablemente elegiría: incómoda. Emily no hacía más que mirar a su prima mientras Leah le sonreía falsamente y Sam comía como si no hubiese mañana.
No podía negar que la comida de Emily era deliciosa, sin embargo, no tenía apetito, no sabiendo que su amiga estaba en una mala situación.
-Lo siento, ¿sí? -Emily rompió el silencio haciendo que Sam dejara de comer al instante.
-No es tu culpa. No se puede hacer nada contra la imprimación -el semblante serio de Leah no pareció cambiar ante la mirada severa del hombre-. Ella ya lo sabe.
-¿Cómo que lo sabe? -apretó la mandíbula intentando no perder el control-. Sabes cuales son las reglas, Leah. Las únicas putas reglas.
-Leah no me dijo nada -Summer no dudó en defender a su amiga-. No soy tonta. No sé como nadie más se ha dado cuenta.
El silenció invadió el lugar otra vez. Leah sabía que ya era suficiente, por lo que no dudó en tomar el brazo de Summer para que ambas se levantaran.
-Uy, ¿y este milagro? -Un chico bastante alto apareció cerca de la mesa. Jared. Varias risas se escuchaban cada vez más cerca.
Leah miró a Emily sabiendo lo que sucedía, le devolvió una mirada cómplice.
-¿Por qué no van arriba? -sugirió mientras Leah asentía.
-No, quiero irme -ignoró prácticamente la presencia de Jared, quien apenas escuchó su voz, notó que era la pequeña Summer.
-Sam, el territorio está limpio.
Una masculina voz hizo que el cuerpo de la chica temblara. Sabía muy bien a quién pertenecía. Y no le gustaba.
-¡Summer! -el hermano de su amiga casi corrió a la chica y Jared parecía querer golpearlo.
-¿Summer? -Paul preguntó en un susurro incrédulo.
No parecía ser su Summer. Si bien se encontraba dándole la espalda, cualquiera notaría que su antiguo cabello pelirrojo, ahora era casi blanco y bastante largo. Había dejado de utilizar sus típicos pantalones grandes y había reemplazado sus clásicas zapatillas por unas con plataforma, aumentando unos centímetros.
-Vámonos, Sums -Leah parecía volver a ser la ruda ante todos.
Paul quedó sin aliento. Siempre supo que su ex novia era una de las mujeres más lindas que alguna vez había conocido, y no dudaba que el tiempo solo había acentuado más su belleza.
Summer al instante supo que los rumores eran ciertos. Parecía ser que del viejo Paul no quedaba nada, y no dudó ni un segundo en que los rumores sobre que era un mujeriego, eran verdad.
Ninguno pudo comprender muy bien lo que sucedió al conectar las miradas. La pequeña chica en un segundo, tenía al indomable Paul de rodillas frente a ella mientras temblaba levemente. Y la miraba como solíahacerlo.
-Llévatela.
Fue lo último que escuchó de Sam antes de que Leah la arrastrara con ella.
