Capítulo 5

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DISCLAIMER: Los personajes que aparecen en esta historia pertenecen a Naoko Takeuchi y su obra Sailor Moon, sólo los tomo prestados para crearla.

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¿Quién era esa mujer? 

Era la pregunta que no dejaba de rondar su mente, la que no le había abandonado en toda la noche y que ahora no lo dejaba dormir.

No podía entenderlo. La había visto únicamente dos veces y su rostro se había impregnado en su mente como un buen perfume impregna su olor en la ropa, y se negaba a salir o a dejar espacio para otros pensamientos u otras personas.

Su compañera había pasado a segundo plano en cuanto ella entró por la puerta de la cafetería, aunque a decir verdad su concentración se fue por el caño cuando la vio arreglándose en la ventana. La sonrisa escapó de su boca sin que pudiera hacer nada al recordar ese momento, sorprendiéndolo completamente. Alguna vez le pasó algo así, pero no recordaba cómo, cuándo, dónde o con quién, pero se sentía exactamente igual.

Darien se levantó de la cama y salió de la habitación con dirección a la cocina, a tomar un vaso con agua. Justo cuando abrió la puerta de su habitación se encontró con su compañero de piso.

-Regresas temprano- Dijo saludando a su amigo.

Kunzite se tumbó en la silla, quitándose los zapatos y haciéndolos a un lado, mientras Darien se servía el agua.

-Mina está de un genio insoportable-. Respondió su amigo-Me echó del apartamento por nada.

- ¿Qué hiciste?- preguntó el pelinegro tomando un sorbo de agua.

- ¿Acaso no escuchaste lo que dije? -espetó-Me echó por nada.

Darien caminó hacia el salón de estar y tomó asiento en la silla frente a Kunzite.

-En mi amplia experiencia del género femenino...

-Haber tenido dos relaciones fallidas no cuenta como experiencia...

-...Y mi basto conocimiento de las mujeres...

- ¿Alguna vez te dijeron que las muñecas inflables no son mujeres de verdad?

- ¿Podrías dejar de interrumpir mi disertación?

- ¡Claro, maestro! ¡Adelante! -ironizó- Ilumíname con tu gran sabiduría e inteligencia.

Darien le dio una mirada aprehensiva pero a pesar de eso continuó- En mi experiencia acerca de las mujeres, te puedo decir que usualmente ellas se enojan por dos cosas.

- ¿No me digas? ¿Y se puede saber cuáles son esas dos cosas?

-Muy sencillo. Todo y nada.

Ambos hombres guardaron silencio, mirándose el uno al otro como si estuvieran en una lucha de miradas para ver quién resistía más.

- ¿Es en serio? -preguntó Kunzite luego de unos segundos- Todo y nada. Esa es tu respuesta.

Darien comenzó a reír como idiota, que era precisamente la palabra que Kunzite tenía en mente para él en ese momento, mientras le daba nuevamente una mirada asesina.

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⏰ Última actualización: May 26, 2020 ⏰

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