El sueño

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Estaba en la estación de tren, no se que hora era exactamente, llevaba un saco color negro, un morral negro, jeans negros y vans negras. No estaba sola, habia un chico y todo en el me era familiar,también vestía de negro.

El y yo caminábamos por la solitaria estación y mientras el cantaba una extraña canción que se me hacia familiar, nos sentamos un momento en una de las bancas.

- ¿Jugamos a preguntas y respuestas? -preguntó.
- Claro, no veo porqué no. -Sonreí
- ¿Cuál es tu color favorito?
- El de tus ojos -respondí sonriente. ¿Y el tuyo?
- El rosa.
- ¿Por qué?
- Porque es el color de tus labios. - dijo, acercándose para besarme.
- ¿Prefieres ver el atardecer o la luna y las estrellas? -pregunté después de apartarnos.
- Lo que sea sí es contigo.

Me dió un leve beso en la frente, me siento tan querida a su lado, siento que por fín encontre un lugar a donde pertenezco, aquí, con él.

- ¿Me quieres? - preguntó.
- Lo suficiente como para no dejarte ir. - respondí. ¿Y tú?
- Como no te lo imaginas... ¿Morirías conmigo o por mi? - preguntó.
- Sin duda moriría contigo Levent.
- Entonces hagámoslo ahora - fué lo unico que respondió
- ¿Qué? ¿Hacer qué?

No respondió nada y se dirigió al carril del tren. Yo le seguí por instinto y vi a lo lejos una luz que se acercaba, cuando menos lo esperé, el me tomó de la mano y saltó.

Y en ese momento me desperté exaltada, sentía que me faltaba el aire, pero poco a poco me fuí recuperando. Vaya sueño raro.

Me levanté y fuí directo al baño para cepillarme los dientes, cuando terminé fuí a la cocina y ahí estaba Sarued, quería intentar hablar con el sobre lo de anoche, pero el ni siquiera me miraba, sabía que tampoco me escucharía.

- En la mesa están tus panqueques. - fué lo unico que dijo mientras se iba.

Me sentí muy mal por lo que habia hecho. No quería perder a mi hermano, tenía que buscar la manera de que me escuchara y me disculpara.

Después de desayunar volví al baño para cepillarme los dientes y Zayn estaba en la ducha de espaldas a mi, rápidamente salí, no quería que las cosas se mal entendieran y se empeorara todo, aunque el vidrio era empañado y no permitía ver nada.

¿Pero por qué no cierra la puerta este hombre?, No la cerré yo porque no quería que se diera cuenta que alguien había entrado, si no lo había hecho ya.

Después de que Zayn saliera de la ducha fuí a cepillarme los dientes y aproveché para tomar un largo baño. Mientras lo hacía, empezé a ver cada parte de mi cuerpo, desde mis pechos y mis brazos hasta mis tobillos y mis pies.

Mi cuerpo era una escultura, y no entendía por qué, entonces, ningun hombre había estado conmigo en una relación ni tampoco de esa manera, aunque bueno, parte de eso lo atribuía a que no me despertaban ningun tipo de interes o deseo, ni siquiera me habia tocado de esa forma yo misma, ni había tenido pensamientos de ese tipo, y no entiendo el por qué.

Mi sueño no tenía sentido, estaba amando a alguien, y todo se me hacía familiar, fué demaciado raro, siempre me sentí rara, siempre sentí que me faltaba algo, pero no creo que ese sueño sea importante, además, estoy en New York, y estoy siendo feliz, no creo que pueda faltarme algo mas para que esto sea mas perfecto.

Exceptuando el hecho de que Sarued no quiere hablarme.

Un desastre en New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora