No tengo idea hasta cuándo dejaré de escribirte, pero quiero que sepas algo. Jamás había escrito tanto para alguien. Lo inusual de esto es que gracias a ti escribo más seguido, las palabras toman vida y tú le das sentido a cada una de ellas.
Siento que por estos escritos fluyen mejor mis sentimientos, y eso es bueno [para mí]. ¿Por qué? pues por la sencilla razón de que no espero a que me respondas y se enrede más mi corazón con este sentimiento que es últimamente de culpa.
Es mejor así, escribirte entre líneas. Líneas que, van acorde a mis días, pero que sin duda alguna van más a ti. Siento bien al amarte libremente por aquí sin tapujos; solo tú, mis escritos y yo. Te juro que se siente tan bien.