History has it's eyes on you

Muy buenos días, tardes y noches mis amados lectores!

Como ya se habrán dado cuenta, este es un fanfic dedicado principal y exclusivamente a The Legend of Zelda, un juego que es aún al día de hoy uno de mis favoritos.

Es un one-shot, aviso desde ahora antes de que me pregunten luego. Es un solo capítulo, pero espero que sea lo suficiente como para que ustedes lo disfruten.

Y ahora la verdad es que no tengo mucho más que decir, solo que ningún personaje es mío. Todo eso corresponde a su respectivo dueño.

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HISTORY HAS IT'S EYES ON YOU

El incesante soplar de los vientos acariciaban meticulosamente cada parte de su rostro, obligándolo a cerrar los ojos y dejarse llevar por la sensación que añoraba cada día desde que su tarea inició. Apagados se turnaron los sonidos a su alrededor, aislándolo en un tumultuoso mundo por al menos unos segundos, permitiéndole así sucumbir a las antañas memorias donde nada había de qué preocuparse y podía ser feliz con quien tenía a su lado en la cotidianidad que lo acompañaba en el día a día.

Bajo la penumbra a la que se sumergió tras bajar los párpados, rostros sonrientes le aguardaban pacientemente, invitándolo tácitamente a unírseles con un suave ademán de sus manos enguantadas. Serenidad y aceptación emanaban a través de sus sencillos gestos amables, mirándolo con vibrantes orbes que escondían un tinte juguetón bajo la eterna seriedad que los demás veían.

[Cuando cierro los ojos, ella espera por mí...]

Los colores variaban según quien estaba en frente de él, desde apacibles azules hasta furiosos rojos, todos y cada uno de ellos fijos en su persona. Algo similar ocurría con la tonalidad de sus largas y lacias cabelleras sedosas, donde la gran mayoría poseía una variante rubia con algunas excepciones como castaños o casi plateados.

Inconsciente de las propias acciones que llevaba a cabo el cuerpo que poseía, una gran sonrisa comenzó a nacer mientras ejercía un paso tras otro, dejando caer en su andar las pesadas cargas que transportaba por años. Una a una, estas fueron soltando su ser, liberándolo para finalmente alcanzar a dichos rostros femeninos que esperaban por su regreso cíclico, donde finalmente ambos recuperarían el tiempo perdido.

[Deseo regresar a casa...]

No obstante, tal mundo de ensueño fue arrebatado una vez más de sus manos, eliminando todo rastro de aquellos rostro que le aceptaban por cómo era, ignorando cualquier indicio de su humilde pasado.

Con demasiado pesar y angustia, él abrió nuevamente los ojos, observando fijamente el celeste cielo con nubes decorándolo en la lejanía. Un paisaje tan antiguo como su existencia misma y la de la fémina que se encontraba a metros de distancia nada más. A pesar de que aún hubiese una extremidad de gran tamaño sobre su hombro, él no quitaba su vista del alba, deseando poder volar más allá de lo que sus ojos alcanzaban para poder recorrer lo que alguna vez fue su primer vida.

-Link? – la voz de un Goron resonó en un timbre grave aun estando en el aire libre.

Parpadeando una vez más antes de quitar su vista del firmamento, el nombrado viró la cabeza en dirección del gigante Elegido que iba acompañado por cuatro personas más, las cuales se le habían quedado mirando en silencio pero con sus rostros demostrando rasgos de curiosidad.

En ningún momento las emociones arremolinadas en su interior dejaron de plasmarse en sus ojos claros, siendo capaces de transmitir todo lo que le sucedía cuando ni siquiera había abierto la boca para atinar a decir una palabra al menos. Esto obviamente fue notado por el resto, donde lentamente, uno más renuente que los demás, fueron aproximándose hasta su posición, rodeándolo.