Capítulo 10: Cosquilleo.

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¡Hola! — Exclamó alegre y suave voz al otro lado de la linea.

— Hola, Alice. ¿Cómo estás? — Preguntó Jenna una vez su amiga contestó.

Muy bien ¿Y tú cómo estás? ¿Pasa algo?. — Dijo preocupada.

— No, no. Descuida. — Respondió tratando de calmar a Alice — Solo quería preguntarte... ¿Quieres ir de compras esta tarde?. — Era raro que Jenna le preguntara eso, aunque eran amigas desde hace mucho tiempo, y habia confianza entre ellas, no solía salir mucho de compras con la morena. Después de lo que pasó con Megan, necesitaba distraerse un poco del problema que tenía con su mejor amiga.

Si, claro. También tengo que comprar unas cosas. — Afirmó Alice del otro lado de la linea.

— Perfecto, pasaré por un ti a las 11 — Dijo Jenna antes de cortar la llamada.

Dejó su teléfono a un lado y se levantó de la cama. Camino hasta la salida y caminó por el pasillo hasta las escaleras bajándolas con dirección a la cocina. Era sábado, así que su madre seguramente había salido a correr como solía hacerlo todas las mañanas de ese día, sin falta.

Tomó pan de la alacena y puso las rebanadas en la tostadora, saco una taza del gabinete y sirvió café para tomar mientras esperaba a que las tostadas estuvieran listas.

La llamada de Megan había logrado alterarla un poco, haciéndola pensar en el momento en el que contestó esa llamada en el instituto. No entendía por qué su mejor amiga se comportaba de esa manera, aunque siempre lo hacía, pero esta vez era diferente; parecía ser algo más serio por la actitud tan evasiva y alterada de la pelinegra cada que tocaba el tema. Si fuera cualquier otra persona, tal vez lo hubiese dejado pasar, pero, era Rick, y eso no significaba algo bueno.

El sonido de la tostadora la hizo salir de sus pensamientos. Colocó las tostadas en un plato una vez estuvieron listas untándoles mermelada y mantequilla de maní que había sacado del refrigerador antes de servir el café. Aunque estuviera en el equipo de porristas, y tuviera que mantener una pequeña dieta, a Jenna no le importaba y lo ignoraba por completo.

La pelirroja se fue de vuelta a su habitación, encendió la tv, colocando MTV para el programa de música matutino, era algo que disfrutaba mucho los sábados en la mañana. Sintió la vibración de su teléfono entre las sábanas y lo buscó rápidamente, un mensaje de Matthew se divisaba en la barra de notificaciones de la pantalla.

"Buenos días, Reina de Fuego."

Una sonrisa se dibujó en la cara de la pelirroja al leer ese mensaje. Matthew había empezado a llamarla así poco tiempo después de empezar a salir, una tarde en la que los rayos del sol hicieron resaltar su rojiza cabellera, cosa con la que el chico rubio había quedado encantado, y empezó a llamarla así desde entonces.

"Buenos dias, Rey del sol". Respondió inmediatamente, ella también sintió la necesidad de darle un apodo, y dado el cabello rubio de su novio, era lo más semejante que pudo conseguir. —"Te veré en un rato".

Jenna termino su desayuno en pocos minutos, bajó a la cocina a dejar los utensilios, si los dejaba en la habitación, sabía que era algo que irritaría a su madre, así que mejor prefería evitar pequeños altercados; ya tenía suficiente con Megan como para tener que soportar un regaño de su madre también.

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