Como dijo Sócrates: "Las verdaderas batallas se libran en el interior"
Es por eso que todos luchamos batallas internas que nadie se imagina y las más ingenuas sonrisas esconden grandes secretos, por lo que la vida de las personas no es tan perfecta...
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La campana sonó marcando el final de otro día dentro del Ravenwood Institute. La muchedumbre estudiantil caminaba eufórica como una multitud de hormigas en alguna migaja dulce, algunos por la prisa de irse a casa y otros solo para alejarse de la multitud a esperar el horario de las actividades extracurriculares.
Entre la multitud de estudiantes uniformados, Jenna y Alice caminaban con dirección a la salida trasera del Instituto que daba al campo de fútbol; las gradas del lugar parecían ser una buena opción para que Jenna esperara la práctica con el equipo y Alice el inicio del taller de teatro. Harris y Jordan ya se habían ido, dado que ninguno de los dos tenía compromisos extra en la escuela.
— ¿Haz hablado con Megan? — La curiosidad de Alice despertó al darse cuenta que la pelinegra no había asistido a la escuela y recordando lo que Jenna le había contado cuando salieron juntas.
— No, no he hablado con ella desde esa mañana. — Negó sacando el termo de agua de su bolso — No asistió a clases, lo que significa que tampoco vendrá a la práctica. — Su tono de voz era indiferente, ya estaba cansada de la actitud de su amiga y aunque no estaba dispuesta a dar su brazo a torcer, tenía que hacerlo y dejar de lado su orgullo para resolverlo todo, esa interrogante le carcomía su cerebro ¿Que se traen estos dos?. Alice podía comprender el enojo de Jenna con Megan por ocultarle cosas. Sin embargo, también consideraba que Jenna debía hablar con la pelinegra y decirle la verdad sobre ese rumor, ambas eran sus amigas y no le gustaba que estuvieran peleadas, pero había tomado la decisión de no intervenir en ese problema.
— Bien... Le enviaré un mensaje — Comentó Alice sacando su celular del pequeño bolsillo de su mochila. — Se que pueden sacarla del equipo si sigue faltando sin justificación.
El radiante sol daba una agradable sensación de calidez a la tarde. A lo lejos, se divisaba una dorada cabellera que resaltaba con los rayos del sol mientras se acercaba lentamente a las chicas. Matthew se había incorporado nuevamente a la escuela después de su accidente, razón por la que Jenna estaba sumamente feliz; extrañaba la presencia de su novio en clase y sobretodo, verlo prácticar.
Las chicas saludaron al rubio una vez su bien formado cuerpo estuvo delante de ellas bloqueando la luz del sol que daba de frente. Matthew saludó a su novia pelirroja con un apasionado beso, por lo que Alice se sonrojó por la incomodidad de verlos besarse y agachó su cabeza de la vergüenza. Por más veces que ellos hubiesen hecho eso frente a ella, no lograba acostumbrarse.
— Oigan... — Comenzó la morena interrumpiendo el beso de la pareja. — No quería interrumpir... Pero, ya tengo que irme. Es mi hora. — Continuó levantando sus cosas.
La pareja se despidió de la chica entre risas sonrojados por la pena de haberse concentrado en su beso dejándola de lado.
