Querida abuela...

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Me invade tu recuerdo; me invade tu sonrisa, mirada de dulzura; me invade la agonía de no tenerte a mi lado, quise aferrarme a tu imagen, pero era en vano, comenzaba a olvidar poco a poco tu rostro, tu voz. Desde tu partida he sentido un gran vacío; el no tener tu compañía me hace sentir muerta estando viva, extraño tanto tus palabras de aliento, las tardes a tu lado, el cómo me defendías de las regañadas de mi madre, extraño tu aroma y cómo me acurrucabas en tus brazos de niña. No sabes cuánto te añoro. Han pasado años desde que dejaste este mundo vanal, diez años sin tí han sido una eternidad; ya no soy una niña, he crecido y he madurado bastante. Abuela, ¿si todavía vivieras estarías orgullosa de mí? ahora que lo pienso hay mucho que quisiera contarte. Pronto me casare con un hombre joven, apuesto, amable y que me trata muy bien. Se que anteriormente he tenido muchos novios y algunos de ellos no merecían mi amor y solo me herían, pero, Wen es diferente, totalmente distinto, así que no debes preocuparte.
Ojalá estuvieras para presentartelo en persona , ¿recuerdas? solía ser una de nuestras pláticas mientras tu me veías tiernamente. Jugabamos al té y fingía ser adulta de la vida galante. Tu decías entonces que cuando me casara sería la mujer más hermosa del mundo con el mejor vestido por que tú lo harías para mí, también decías que tú serias la que me sostendría de camino hacia el altar. Debes estar muy feliz por mí desde el lugar donde estás.

Hizo una pausa y después continuó.

Vendré de nuevo, esta vez te presentaré a mi prometido, espero me perdones por no haberlo traído hoy, quise adelantarte un poco primero-dio unas leves risas mientras sonreía-por favor danos tu bendición.

Querida abuela, te extraño como nunca-la sonrisa dibujada en su rostro se desvaneció al sentir la ausencia de su abuela, Helen.

Britney sollozaba mientras ponía un ramo de violetas en la tumba de su querida abuela. Justo antes de poner las flores , limpió la piedra de Helen delicadamente. Se paro, sacudió su vestido floreado y limpiando sus lágrimas duró unos minutos de silencio. Luego entonces se marchó.

Solo tu y yo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora