teacher's pet ✦ timothée chalamet.

⋆ 𝟎𝟒.

—¿Alguien puede decirme en donde se asentó el imperio egipcio?

La voz de Timothée resalto haciendo eco entre los estudiantes de último grado que lo miraban con pereza, pues era la última clase de aquel viernes y todo lo que querían era ir a sus casas a ver televisión o quizá a emborracharse a alguna fiesta. No lo sabía, y tampoco le importaban las actividades extracurriculares de sus alumnos.

Nadie le contesto, lo que lo hizo sentirse un poco frustrado por el desinterés de aquellos adolescentes, era la tercera semana que estaba con ellos y desde ya, podía darse cuenta quienes iban a reprobar su materia.

Estaba a punto de volver a hacer la pregunta, cuando una mano al frente de la clase se levantó, pidiendo la palabra. Entonces la vio, y casi al instante en que sus ojos cruzaron con los ojos azules de ella, sintió una opresión en la boca del estómago que creaba cosquilleo que se extendía por todo su cuerpo. Creando un caos de emociones que no recordaba haber sentido nunca.

Con un asentimiento de cabeza, le dio la palabra a aquella adolescente pelirroja.

— Se asentó a lo largo del río Nilo de los años 3150 a. C a los años 31 a. C — respondió con una sonrisa, aquella sonrisa de satisfacción que ponía siempre que respondía algo que sus demás compañeros ignoraban.

Timothée le sonrío brevemente, mientras pensaba que al menos una de aquellas adolescentes le prestaba atención, se interesaba por la clase y le importaba la Historia. "Ojalá todos fueran como ella", se dijo a sí mismo y no solo el ámbito académico deseaba que muchos fueran como ella. Si no también, en otros aspectos de la vida.

—Muy bien Afrodite — elogio — Y en vista de que al parecer eres la única que pone atención a mis clases, podrías decirme, ¿cuántos periodos tiene la Historia de Egipto y cuáles son?

— Tres; imperio antiguo, imperio nuevo y la decadencia — respondió con satisfacción, ignorando por completo las miradas de fastidio que la mayoría de sus compañeros le daban.

No le importaban aquellas miradas y nunca le habían importado. Lo único que era importante para ella en ese momento era la preciosa sonrisa que Timothée le brindaba. Aquella sonrisa que durante las clases y en los pasillos había puesto especial dedicación a observar y a memorizar.

Esa sonrisa tan llena de calidez le provocaba sensaciones que jamás había experimentado. Si bien, era joven bien sabía que tendría muchas experiencias por vivir en el futuro, ella estaba segura de que la sensación que el solo hecho de ver a Timothée sonreír, jamás podría igualarse con otra emoción.

—Muy bien Afrodite, tienes un punto extra en el próximo examen — sin importarle las voces de protesta de los demás alumnos, Timothée continúo. — Este fin de semana no te llevaras tarea a casa, sigue siendo así tan aplicada — la felicito. — Y los demás salgan de mi vista antes de que los repruebe por nunca prestar atención y quiero que respondan de la página 35 a la 45 de sus libros de texto y quiero un resumen de cada tema que vean ahí, ¿entendido?

No pudo evitar soltar una risita al escuchar los débiles "si" que sus alumnos le daban. Se dijo a si mismo que dejarles tanta tarea era un castigo por ser tan desobligados y hacerlo gastar tiempo en enseñarles una asignatura que claramente no les importaba. Todos comenzaron a salir del aula, excepto Afrodite que se tomaba su tiempo para guardar sus útiles escolares en la mochila, de modo que de un momento a otro, la chica y Timothée fueron los únicos en el salón.