Cambio Inesperado

BRISA

Normalmente se piensa que al entrar a una nueva escuela se empieza de cero, y mi caso no fue la excepción, pero dicen que nada sale como uno imagina.
Encontramos una escuela que aún aceptaba alumnos a mitad de año, aquella escuela particular que se llamaba "Santa Lucia", era como una escuela cualquiera aparentemente, solo era de 1 piso desde inicial hasta secundaria, claramente por ser particular solo habia una sección por año escolar; pero no me sentia muy a gusto, por alguna razón me traía una mala espina, debi haber hecho caso a ese extraño sentimiento, ya que ese sentimiento se me hacia familiar.
El primer día de clases fue todo hermoso, algo tipico presentación del nuevo alumno, todos son amables y cordiales, como si de un amigo mas se tratara, pero el segundo día todo cambio, empecé a notar que me miraban y susurraban entre ellos...
--Chica A: miralo nada mas, que gordo es, me pregunto si come por 2 o 3 personas.. Jajajaja
--Chico A: espera al receso y verás que le haré.
--Chica B: es de lima, esos limeños se creen la gran cosa cuando no son nada.
--chico B: los hombres le daremos una "cordial bienvenida".
Al escuchar todo eso supe que seria igual que mi vida en lima, pero esta vez no pensaba dejar que todo se repita, asi que cuando sonó la campana del receso sali inmediatamente al baño para poder prevenir esa "bienvenida", pero no contaba de que minutos antes otros de mis compañeros fue al baño sin pedir permiso y al verme me llevo al salón diciendo que quería mostrarme algo. Al llegar vi a cuatro compañeros que casualmente era los únicos de lo que me acordaba sus nombres de todo el salon, al entrar cerraron la puerta y me dijeron...
--Jorge: hola limeño, tranquilo solo vamos a darte una bienvenida.
--Luis: no estes nervioso, no te haremos daño, Roberto, vigila la puerta.
--Roberto: descuida no vendrá nadie, Luis.
--yo: si no me harán nada, ¿por qué la vigilancia en la puerta?
--Emerson: por nada especial nuevo, simple precaución.
--yo: yo solo quiero llevar todo en paz, les pido que no hagan nada.
--Jorge: ya te dije que no te haremos nada, ven acércate.
--yo: no gracias, ya me voy a comprar.
Al intentar salir, Roberto se interpuso y me dio un golpe con mucha fuerza en el centro de mi estómago, lo cual hizo que me doble del dolor y se me fuera el aire, entonces Jorge se acercó y me dijo...
--Jorge: mas te vale no decir nada, aunque lo hagas no te harán caso, eres uno más en la lista.
--yo: cuatro contra uno, muy valientes.
--Roberto: no digas una sola palabra o te daré otro más fuerte.
--Luis: ya nos vamos, adios nuevo.
Cuando se fueron pensé en avisar a la directora del colegio, ya que en lima jamás dije una sola palabra, pero esta vez si lo planeaba hacer. Me pare en la puerta de la dirección, pero no me di cuenta que habia alguien que vigilaba a tan solo unos metros, al verme llegar a la puerta se acercó rápidamente y me advirtió que no lo hiciera, por que iba a ser peor para mi, asi que no me quedo de otra que dejarlo pasar y así me fui a casa.