Capítulo VI

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Unos minutos antes que sonara la campana llegó al aula y se sentó en su carpeta asignada. Su amiga, que se había sentado delante de ella —como de costumbre—, le cuestionó el porqué de la tardanza, Saori le dijo que simplemente tuvo un inconveniente. Su amiga meditó unos momentos para luego restarle importancia y cambiar de tema.

Un par de minutos pasaron, en los que solo hablaron de cosas triviales, cuando que se escuchó la campana. Los alumnos que se encontraban de pie se ubicaron en sus respectivos asientos, incluyendo a su amiga, el cual estaba ubicado a unos pocos lugares detrás de donde la Kido estaba sentada. El profesor entró, los alumnos lo saludaron y él les devolvió el gesto, y procedió a comunicar la unión de un nuevo alumno a la clase.

La incertidumbre se instaló entre los estudiantes y no faltaron las preguntas de quién se trataba o cómo sería.

Tan pronto como ingresó, los cuestionamientos anteriores no tardaron en volverse halagos de las mujeres y comentarios de sorpresa de los hombres.

Si bien Saori mantenía una expresión indiferente, como restándole importancia al asunto; ella no podía negar el atractivo del chico. Ya lo había visto con anterioridad y le era evidente que esto sucedería.

Escuchó su presentación y en ese momento se dio cuenta de algo que pasó por alto.

A pesar de haber hecho un corto recorrido por el colegio y realizado una conversación con él, nunca le preguntó por su nombre y este tampoco. ¡¿Cómo fue posible que esa situación no pasara?! Si en un primer encuentro, es poco probable...¡no!, es improbable que no terminen sabiendo sus nombres. Entonces, ¿por qué no ocurrió?

Bueno, eso es lo que comunmente le pasaba. Ella había recibido una educación como parte de la clase alta. Instruida en muchos aspectos, entre ellos; como relacionarse correctamente con las personas. Por lo cual, en toda conversación con personas nuevas, tenía que terminar sabiendo su nombre. Ya que, si en otra ocasión se encuentra con esa persona, debía de dirigirse a ella con este.

La única razón que se le ocurría era que, debido a la situación, simplemente no se le pasó por la mente y lo olvidó, y solo se centró en guiarlo por la escuela.

Espera.

¿Por qué se preocupaba por el asunto del nombre? Si en ese momento no sucedió, ahora, con su presentación, ya lo sabe. No debería de angustiarse por ese pequeño error que se solucionó por si solo.

Aún si el joven pertenecía a otro grado o sección, y no hubiera escuchado su presentación; de todas formas terminaría sabiendo su nombre (si es que lo necesitara para algo).

Además, no es que el joven sea alguien importante para tener que saber sí o sí como se llama...¿o sí? Sea como sea, ella ya lo sabía. Su nombre era Seiya. No tenía que darle tantas vueltas al asunto y, como lo hizo con el sueño de esa mañana, lo dejaría de lado y pondría su atención en cosas verdaderamente importantes.

El maestro le dijo al muchacho que se sentara en el último sitio de la tercera fila, tres carpetas detrás de Saori. Seiya al ver a dónde se dirigía, se sorprendió un poco, luego mostro una sonrisa y procedió caminar hacia su carpeta. A pesar de saber que estarían en la misma aula, quizás no esperaba cruzarse con ella tan pronto.

Todo está interacción no pasó desapercibido por una pelirroja, que tomó la decisión de molestar a su amiga.
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Las primeras horas de clase terminaron y, en tanto los estudiantes guardaban sus cosas, el profesor le ecargó al delegado de la clase el enseñarle la escuela al nuevo alumno; posteriormente, les anunció sobre la fiesta de aniversario del colegio.

Fue Un Accidente [PAUSADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora