38. Entrada: SUGA | 9#

333 58 14
                                    

Mis expectativas con respecto a Jungkook y Jimin, siendo uña y mugre, no llegaban al punto de pensar que tal vez pudieran jugar basket y pues si, resulta que si saben. Los tres jugamos en la cancha un buen rato y ganamos cada dos de tres que nos hacían repetir por ser malos perdedores. Lo noté en la competencia de porristas y ahora lo vuelvo a confirmar: No entiendo a estos dos. Se ven super suaves, tiernos, pequeños (Jimin más que todo) y apenas se ponen a hacer cualquier cosa les cambia la cara, la ropa deja ver los músculos, los cuadros y parecen casi Idols de lo perfectos que llegan a ser.

No entiendo cómo Jungkook siquiera me considera un espécimen bonito teniendo a tanta gente bella alrededor. Solo hace falta ver a las demás porristas. Son más que perfectas. Dahyun, Sana, Tzuyu, Momo; Jeonghan, Jimin y luego estoy yo siendo una pulga de color blanco con nada de masa muscular a considerar.

Hago ejercicio a veces porque soy una bola de flojera, pero aún así no se marca nada. Apenas tengo el pecho más ancho y Jungkook lo usa como excusa para acostarse encima mío

Y yo uso como excusa que tiene los muslos más anchos del oeste.

Nos volvimos a quedar en casa de Jimin, Namjoon no está y dijo que quería estar con nosotros para no aburrirse. La casa de Jungkook es área prohibida para su ser sabidamente arcoíris y no quise que nos quedáramos en mi casa porque sé perfectamente que mi mamá va a empezar con un drama de los suyos sobre que tengo buenas amistades ahora y blablablá

Jungkook está incómodo y tengo pensado sacarle en lo que queda de noche que pasa con él.

Deséame suerte ୧( ಠ Д ಠ )

38. Tiempo de tres.

—Hey ¿Me ayudan aquí? Necesito a dos personas.

Jimin y Jungkook se miran entre sí antes de señalarse con el dedo. Llegaron solo por pura casualidad a cancha. Jungkook tenía pensado ir, pero demoró más de la cuenta por estar hablando algo con su mejor amigo. Más específicamente el que su papá lo golpeó. Consiguió poner a Jimin de mal humor y eso es sumamente complicado de lograr. Ahora en la cancha, Yoongi de la nada les pide que jueguen en su equipo. Jimin estuvo a poco de decir que no, principalmente por la ropa que lleva puesta. Y que tiene a Rapmon con él. El perro de pelaje blanco ladra y mueve la cola. Animado.

—Si. Claro, vamos. —Jungkook le quita a Jimin el pesado bolso que lleva, invitándolo a seguirlo y solo por ello Jimin acaba por resignarse a hacerlo. Guarda los anillos y pendientes que lleva, así como atarse los largos mechones de cabello que tiene últimamente. Rapmon queda atado a la cerca y sentado en la espera.

—No importa si no juegan muy bien. Supongo que saben lo básico. —Rebota el balón y asienten. Jungkook va en ropa más suelta por lo que apenas se amarra mejor las botas que usa para todo y con todo. Marrones Timberland, un jean claro y camisa blanca.

Indeed. —responde Jimin, su pantalón negro de cuero. Decide tirar el suéter negro y ancho que lleva, quedando en camiseta.

El juego en sí es un poco torpe. Obviamente no son jugadores ocasionales, no obstante, Yoongi admite estar sorprendido de que lo dominen tan bien. De nuevo con esa capacidad tan gigante de prácticamente leerse el pensamiento a la hora de hacer movimientos. Yoongi hace la mayor parte del trabajo encestando y los otros dos el bloquear, hacer pases. Duda que sea trampa, es más bien un momento cómico que sucede contadas veces y es que Jimin guiña el ojo y lanza un beso a quien tiene en frente.

Dear Friend || YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora