O5

1.3K 172 22
                                    

Nayeon se levantó abruptamente de la mesa, diciendo nada al respecto se puso en marcha a la salida.

Sana le mostró los tweets a Jihyo, quien entendió que ese asunto deberían arreglarlo ellas dos.

- Anda.- dijo Sana.

- ¿A dónde? - Mina no tenía intenciones de levantarse.

- A buscarla, idiota.- su amiga se molestó, la idea era que hablaran y solucionaran las cosas, no que pelearan como en los viejos tiempos.

- ¿Por qué debería?

- Porque sí y no se discute, anda.

De mala gana, Mina se disculpó con las demás en la mesa y fue a la salida.

Nayeon estaba en la calle de en frente, donde había una banca. Estaba sentada ahí, con sus rodillas en su pecho y su rostro escondido en sus manos.

Para Mina, Nayeon se veía tan pequeña que sentía la necesidad de ir y darle un abrazo.

Así que lo hizo, cruzó la calle con cuidado y se sentó a su lado, pasando una mano por su espalda y la otra en sus piernas.

Nayeon se dejó ser porque necesitaba ese abrazo, porque siempre los necesitaba sí eran de Mina.

- Te quiero, Nayeon.- admitió la japonesa.

- No hagas esto.- ella se separó.- No ahora.

- ¿Por qué no?

- Porque como te dije, no vas a arreglarme.

Mina apretó los labios antes de responder.

- Tal vez no quiero arreglarte.- ella miró los ojos de la chica que tanto le gustaba.- Tal vez sólo quiero estar con vos, estés rota o no.

La hoja en blanco que Nayeon era estaba sucia, rota y arrugada, totalmente maltratada. Pero Mina la quería así.

Siempre la querría.

precious • minayeon auDonde viven las historias. Descúbrelo ahora