GODS & MONSTERS→ JASPER HALE. [PAUSADA]

II || Coffe Forks.

Eden caminó tranquila por las calles de Forks en un sábado por la tarde, apenas eran las 14:00hrs y ella llegaba tarde a su trabajo.

No era fan del trabajo humano pero debía disimular, ¿No? Eden se encaminó a la pequeña y linda cafetería en la que trabajaría, "Coffe Forks" le resulto un nombre divertido para la linda cafetería, se dio cuenta que no todos son tan originales. Entró y la típica campanilla sonó.

Ella sonrió de manera encantadora, no se dirigió a nadie en particular pero todos los presentes sentían una enorme atracción por la bella sonrisa de la chica. Eden se dirigió a la puerta de solo personal autorizado y entró, ahí estaba una mujer de no más de 40 años quien al verla sonrió.

---Un gusto soy Eden Luster, ayer hablamos por teléfono sobre el...

La pelinegra ya no pudo seguir hablando porque la mujer la interrumpió.

---Lo sé cariño.--- dijo tendiendole el uniforme que debía portar para trabajar ahí.--- Tu horario es regular unos días puede que salgas o entres temprano o tarde, ¿De acuerdo?--- ella asintió.--- Hoy saldrás a las 20:00hrs. Bien, espero tengas un buen día, te veré mañana.

Y sin más dejó sola a la chica en ese pequeño cuarto de personal, en la otra puerta que estaba en la esquina daba a la cocina y otra más lejos al baño. Eden suspiró y se encaminó a la puerta blanca que era el baño.

Ya dentró comenzó a sacarse la blusa color coral de botones, después prosiguió a desabrochar su pantalón de mezclilla, agradeció al cielo haber llevado botines porque si no habría sido el hazmerreír de los empleados al convinar vestido con Converse era más que humillante. Se colocó el vestido que se pegó a su cintura, el vestido apenas y era de su talla, y debía confesar que le encantó la manera en la que éste se acostumbró a su figura. Le daba la vista a una cintura más pequeña y un busto abundante junto a un trasero volante. Parecía que iba a modelar para promocionar alguna cafetería de ricos.

Dobló sus prendas y las dejo en una banca cerca del baño, se peino un poco los cabellos y salió lista para su primera jornada de trabajo.

Al cruzar la puerta del personal una enorme sonrisa estaba en sus labios, una sonriaa fingida claro. Pero nadie iba a notarlo.
Con su libreta en mano se posicionó frente a una pareja de adolescentes, el chico rubio y la chica castaña.

Jessica Stanley y Mike Newton.

---Buen día, ¿Puedo tomar su orden?

Ambos chicos se miraron y luego a ella, el rubio sentía una atracción sobrenatural y la chica se sentía incapaz de siquiera odiarla, incluso pensaba en acercarse como amiga.

---Tú eres Eden Luster.--- el chico hablo en tono de pregunta pero afirmando.--- Eschamos que estudiaras en nuestra escuela, este año nos graduaremos.

La pelinegra rió y asintió.

---Sí, es increíble que solo estudie medio año aquí, parece muy curioso y acogedor Forks.

Hablo con honestidad mientras reafirmaba su agarre en la libreta y similaba escribir para regresar a su trabajo.

---¿Qué les puedo traer a mis futuros compañeros?

La amabilidad de la chica era notoria, a pesar de todo. Eden era un ángel y eso siempre será.

---Yo quiero un café clasico negro y...--- el rubio miro a su novia Jessica.

---Un capuchino.--- sonrió.

Eden asintió anotando y regresando su atención a la cocina donde dejó pegada la nota y toco la campanilla avisando que había una orden nueva.

A cada mesa que se acercaba a atender era tratada como si la avalaran de cierta forma inconciente y, eso hacía a Eden sentir un poco incómoda pues ella no quería sentirse así, ella solo quería seguir disfrutando de su vida humana y jamás cansarse de ella pero, siempre hay un propósito para seguir viviendo bien o mal, es el centro de su vida.

Las fosas nasales de Eden se llenaron de una fragancia encantadora, sus sentidos de pronto fallaron, ese olor era su temor, trató de actuar amable pero su distracción se intensificaba cada vez más.

Y para su desgracia él acababa de llegar.

La campanilla sonó anunciando la llegada de un nuevo cliente, tres de los Cullen acababan de entrar a la cafetería. Edward sin poder evitarlo, la miró sorprendido, su belleza era imposible pasar desapercibida y para Desmond y, Jasper fue igual, solo que para el último fue aún más imposible, sus ojos lo traicionaron cuando recorrieron sin vergüenza toda la figura de la chica, cada curva fue un manjar, un platillo que deseaba probar.

Eden no podía permitir que el rubio a quien esperaba poder comerse se le adelantará en el camino y con toda la pena del mundo se acercó y sonrió por primera vez de verdad.

---Buen día, ¿Puedo tomar su orden?

Ambos mitológicos evitaban verse de más a los ojos, Eden miraba a todos los vampiros y ellos a ella, Jasper no podía controlar sus instintos de querer probar a aquél ángel.

---Solo vinimos por un café con crema.

Contestó Desmond de forma impaciente,  Jasper estaba muy alterado y se notaba por su cara de asco hacia la chica, su repentino cambio de mirar hizo que Eden frunciera el ceño, en sus tres siglos activa nunca vio a un vampiro haciendole el indiferente así de la nada. Le pareció que Jasper estaba siendo grosero.

Eden se sorprendió aún más cuando Jasper abandonó la cafetería hecho un remolino, sin mirar atras. La pelinegra se sintió ofendida.

"Menudo idiota, se cree inalcanzable"

Edward rió con ganas y los chicos restantes lo miraron extraño, su hermano rápidamente captó que leyo la mente del ángel.

---Oh, sí. Su café con crema en un momento, con permiso.

Eden camino a paso rápido con la cabeza gacha, toco dos veces seguidas la campanilla impaciente, se quedó como estúpida mirando al rubio y olvidó todo por un momento, quería hecharle pelea al vampiro pero después el otro pálido se rió de la nada. Eden cayo en cuenta que los vampiros eran poseedores de diversos dones, ¿Será que el pálido pudo leer su mente?

Sin disimulo miro de nuevo a Edward y éste tenía una sonrisa torcida, asintió levemente en dirección a la chica, ella miró el suelo sabiendo que su hipótesis era cierta.

La campanilla volvió a sonar y ella tomo el café envuelto en una bolsa para llevar, caminó a los chicos pálidos y les entregó su pedido y, ella recibió el dinero de la compra.

Con su sonrisa fingida se despidió de ambos vampiros y ellos de ella, de nuevo giró su vista a su clientela, aún había mucha gente que atender.

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