U n o.- Bye bye.

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Sólo lo observaba desde atrás del árbol de cerezo con una sonrisa dulce. Demasiado enamorado para ser verdad, y es que si.

Su hyung Jeon Jungkook era lo más hermoso y único que haya visto sus ojos.

Y no era mentira del como sus pupilas se dilataron dando un suspiro de satisfacción. Si sólo el azabache hizo su adorable sonrisa, mientras tomaba de su cajita de leche de banana.

Pero, ¿Quién lo observaba?.

Kim Taehyung, un chico de melena rubia y menor que él, de grados superiores se encontraba demasiado embobado con el casi graduado.
No era mentira que le gustaba, siendo tan evidente para los demás, pero no le daban importancia.

Por que Jungkook jamás se fijaría en un chico tímido.
Estúpido e iluso.

Las chicas del colegio siempre se reían de la pobre situación. Dando burlas y diciendo que era un pobre chico que estaba en la etapa de las hormonas, aparte de ser homosexual.

Y que sería la próxima víctima del colegio.

Todos estuvieron de luto hace dos días. Una de las alumnas de la clase B había sido asesinada de una forma violenta y desagradable. De tan solo pensar el cadáver con las descripciones dadas en la prensa, era horrible, asqueroso.

"Y en Seúl, a plena luz del día. Una joven fue encontrada muerta cerca de un contenedor de basurero por las calles cinco y ocho. Pero lo más doliente no es saber su perdida, si no del como la perdió.
Según las autoridades, la chica consiguió quince apuñaladas en el estómago, dos cerca del pecho, y sus labios fueron despellejados de su rostro. Totalmente brutal. Ahora mismo están buscando al responsable, pero no dejó ninguna pista, esperamos que sea encontrado, y en otras noticias..."

¿Quién haría eso?

Terminaron las clases.
Taehyung caminaba tranquilamente por la calle, para llegar a su hogar. Que era un lugar casi desierto, pero agradable.
Entrando, estiró de sus brazos para hacerlos tronar. Caminó por los pasillos chiflando una linda melodía, y feliz, por qué hoy vio de su angelical hyung.
Tan feliz que se detuvo cerca de la escalera que daba al segundo piso. Saco un soplido cansado y alzó de la bolsa para ir a la lavadora y sacar de los detergentes y un líquido especial para quitar manchas difíciles.

Policías imbéciles.

Río al recordar del como Hyerin lloraba en aquel bosque, lejos a veinte minutos de la ciudad. Y es que era una zorra, ¿Quién acepta sexo e ir a un lugar completamente lejos?, ¡Ah!, A Park Hyerin.

Recordaba muy bien.
Iban en su automóvil, ella lo elogia mientras le contesta con una linda sonrisa. Pero por dentro le parecía lindo que estuviera cubierta de sangre.
Esto ocurrió en la salida de clases el 17 de septiembre. Mostrándose tímido se acercó a la castaña y le pidió ser su primera vez de una forma conveniente de que lo siguiera.
Hyerin le aceptó, tenía un largo tiempo en abstinencia.

Pobre.

Llegando al bosque, Taehyung mintió de que había una cabaña en el fondo de los frondosos árboles altos.

No huyó.

No entendía, pararon a un punto, algo lejos de la carretera, escuchando los sonidos naturales y el arrollo golpeando brusco en los bordes.

Carcajadas sarcásticas hicieron que se encogiera en su lugar, eso lo susto, demasiado. Era como en una película de terror.

---Tú no amas a Jungkook.--- esas palabras de los labios delicados de Taehyung.--- ¿Yo?, ¿Tener relaciones contigo?.

---¿Qué pendejada es está?.--- Hyerin enserio moría de terror, ¿Pero que le haria?, Nada, es un debilucho, la mierdesilla de las burlas, un don nadie.

No tuvo más que pensar cuando sintió un fuerte dolor en su panza, era horrible, demasiado doloroso. La risa del rubio se volvió a escuchar, y el eco de un cuchillo enterrandose en carne era repulsivo.

---¡No mereces a Kookie!.--- otra apuñalada.--- Se besaron atrás del gimnasio.--- perdía la conciencia.--- ¡Le metiste tu lengua!.--- La sangre tibia bajaba por sus piernas.--- Pero...--- se detuvo.--- ¿No tuviste una follada con Kim Seokjin en las duchas de varones?..--- se tocó la frente con la mano con manchas rojas, volviéndose a reír jalando de sus hebras.— Jodida perra...— viendo como se tambaleaba el cuerpo por estar agotado, demasiado débil, apunto de la muerte. Le dio una patada en el tórax y siguió con el cuchillo, disfrutando aún con los sonidos de sus leves jadeos del como perdía la vida, del como se apagaba, del como se perdía, del como estaría alejada de Jeon Jungkook.

Eran las seis de la tarde, casi anochecía, pero no se iba, solo mirada el cuerpo inmóvil, la boca abierta saliendo sangre, el estómago casi abierto, su pecho: cerca del corazón también sangrando. Bostezo y miró su mano sin dolor ni remordimiento.
Y con el mismo cuchillo jalo de sus labios y los fue despegando de su forma.

Envolvió el cuerpo y condujo hasta un callejón cerca de la escuela, lo boto dando una patada al cadáver, largandose con una sonrisa.

Hyerin, bye bye.

•кuяε+¡jī • [Jjk/Kth]. KOOKTAE. (Finalizada).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora