Capítulo 12: El espía

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2018

Eda no aparece en todo el tercer día y Kerem empieza a perder algo de la seguridad que le había dejado el enfrentamiento del día anterior. Trabaja casi todo el día con Isik, mientras que Osman y Sinan terminan de pintar la habitación. Una habitación de la que Sinan se ha negado a deshacerse de la cama. Se da cuenta de que Isik le mira de reojo de vez en cuando y aunque no le ha preguntado por el arañazo de la cara está seguro de Osman ya se lo ha contado. En esa casa nadie puede tener un secreto.

En esta ocasión, colocan nuevos tablones en las escaleras y refuerzan la barandilla. En eso están cuando Isik después de 50 ruidos por fin se decide a entrar en el tema.

- ¿Por qué te comportaste así ayer con Eda? ¿No podías dejarlo estar?

Kerem suspira y cuenta hasta 10 porque para no soltarle un bufido. No tiene ganas de otra pelea.

- Mira Isik, es mejor que no te metas

-Pero ¿cómo no me voy a meter? - replica - La idea era estar todos juntos, reconstruir lo único que nos quedaba en común y ahora Eda se ha echado atrás

-¡Oh! ¡Qué sorpresa! - la mira furibundo - Eda rajándose de algo, Eda dejándonos tirados, Eda provocando el caos... ¡Joder Isik! Es Eda, solo piensa en ella, ella y por encima de todo ella.

Su amiga le mira con los ojos como platos y se da cuenta demasiado tarde de que no es a él. Sinan le empuja y casi pierde el equilibrio en la escalera. Ahora es él quien le grita.

- ¡Qué no le grites! - sigue empujándole - Si estás frustrado porque Eda es feliz descargate de otra manera, date chocazos contra la pared o tirate al Bósforo pero a ella no le grites.

Kerem observa la escena y decide que es el momento de salir de allí antes de hacer algo de lo que se arrepienta de por vida.

- Lo siento Isik - dice girándose hacia ella - Sinan tiene razón, no es tu culpa, es mejor que me vaya.

Baja al salón a por la cazadora y el casco y sale por la puerta. Lo último que escuchan es su moto alejándose en la carretera.

***

Osman, Isik y Sinan descansan después del duro día de trabajo en la mansión sentados en la mesa del porche. El silencio se ha instalado entre ellos tras la pelea con Kerem. En el fondo todos entienden la frustración de su amigo porque recuerdan el dolor de los primeros días, los últimos de aquel verano del 98. Isik se siente culpable y se plantea si no ha sido demasiado egoista al tratar de reconstruir algo que estaba totalmente roto solo porque a ella le venía bien en este momento. Es como si Osman le leyera la mente.

- Bueno - dice mirando al infinito - esta era una opción que debíamos contemplar

- Ya - contesta Isik - en realidad es mi culpa, no sé como he podido pensar que esto era una buena idea

Dobla las piernas y se las abraza, como una niña pequeña, y Sinan no puede evitar sentir unas ganas locas de ser él quien la abrace. Algo debe notar Osman porque se levanta rápido y se despide.

- Se me hace tarde y he quedado para ver a algunos de los chicos del equipo, estoy aprovechando estos días para recuperar otras viejas amistades - les sonríe - y vosotros deberiáis cenar

Isik mira su reloj y se da cuenta de que, efectivamente han consumido todo el día, cuando Osman cierra la puerta comienza también a despedirse

- Yo también debería irme - dice mirando a Sinan - se está haciendo tarde

Él agarra su mano

- No te vayas, por favor - le mira suplicante - ¿podemos quedarnos aquí hoy?

- ¿Cómo quedarnos? - le pregunta algo asustada

- Cenar juntos, hablar de cómo han ido nuestras vidas, sentarnos a mirar al Bósforo y esperar a que se haga de día... - dice casi en un susurro, mirando al suelo - quiero conocerte, quiero decir, conocer quién eres ahora

Isik duda durante unos segundos pero nunca ha podido negarle nada a Sinan.

-Vale - le contesta - pero tengo que llamar a casa. Mi madre es mayor y no quiero que se preocupe innecesariamente. Daños colaterales de haber vuelto a casa.

***

Kerem lleva más de dos horas dando vueltas con la moto. Su primer instinto ha sido volver al hotel, cargar sus cosas y regresar esa misma noche a Ankara. Sin embargo se ha frenado. Había sido él quien días atrás había convencido a Sinan de volver, convencido de que quizás podía reparar los errores del pasado. Probablemente lo había hecho pensando en si mismo y en que Eda también tenía esa oportunidad.

Eda, la maldita Eda, 20 años rondando su mente, 20 años sin dejarle descansar. Ninguna otra mujer se había acercado a ella y no había sido porque él no lo había intentado. Lo había hecho con todas sus fuerzas, había estado a punto de casarse en dos ocasiones y en ambas se había echado atrás con todo prácticamente listo. Paradojas de la vida, él que había sido abandonado, rompiendo el corazón a otras personas. Y todo por culpa de Eda.

Hace años que tiene la dirección de su nueva casa. La buscó la primera vez que volvió a Estambul después de que ella se casara. Cogió la moto y se plantó allí, enfrente de su casa, y la vio a través de la ventana, embarazada y feliz. La espió como antes, juntos, habían hecho con Burju, solo para confirmarse a si mismo que Eda no le necesitaba. Ahora se dirige hasta el mismo punto. Aparca y observa sin quitarse el casco.

Un Amor A Través Del TiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora