3.-La última esperanza

109 4 0
                                    

Miércoles,16 de julio
Hora: 4:00 pm

Hola.
La verdad no se si seguir escribiendo en este diario o mandar todo a la mierda...Ya que desde que Drake murió no paro de darle vueltas a que yo pude hacer algo para haberle salvado la vida o por lo menos haberle ayudado.
Las miradas de Paul y Emily no ayudan: parecen estar cabreados conmigo y con Bruce por no haber ayudado a Drake en su momento. Bruce me dijo que dejara de pensar en eso y que me alegre de que aún estemos vivos por tan solo una vida pero supongo que él ya está acostumbrado a hacer este tipo de cosas y ya no le afectan.
Tampoco he escrito en dos días porque no pasó nada interesante o digno de mencionar aquí. Resumiendo, la avioneta se quedó sin combustible y en estos tiempos, es prácticamente imposible conseguir el combustible. Estuvimos saqueando algunas tiendas para conseguir provisiones, matando algún que otro zombie, durmiendo en la avioneta, haciendo turnos para vigilar y lo más importante es que estuvimos buscando al dichoso sargento Michael el de la transmisión del martes por la madrugada por la ciudad y no lo encontramos, o eso, o buscamos mal. No tengo ni idea.
De hecho, varias veces Emily y Paul le dijeron a Bruce que dejara de buscarlo, que seguro que era un lunático que sólo quería llamar la atención, entre otras cosas. Bruce les decía que buscaría al tal sargento Michael aunque fuera lo último que hiciera en su vida y que estaba muy convencido de que no mentía, que era verdad lo que decía y que ya lo encontraríamos aunque fuera en el último rincón de la ciudad de Nueva York.
Bueno, voy a tratar de dormir un poco. Escribiré más tarde.
Junto cuando me tumbo en el suelo, Bruce entra corriendo en la avioneta, muy asustado y sudando, y nos dice que cojamos nuestras cosas, que un grupo de zombies venía y que nos meteríamos dentro de la ciudad a buscar un refugio temporal.
Rápidamente cogemos nuestras mochilas, sacamos las armas y salimos corriendo.
Los ruidos de los zombies se oían cada vez más fuerte y corríamos cada vez más rápido como podíamos: era el puro instinto de la supervivencia. Ese instinto con el que nacemos y el cual nuestros antepasados cavernícolas desarrollaron a lo largo de los siglos para salvar sus vidas, y que todos los seres humanos nacen con ese instinto para salvar sus vidas en caso de peligro.
También les disparábamos a ver si lográbamos reducir un poco el grupo de zombies que nos pisaban cada vez más los talones.
Estoy sudando, tengo el corazón a mil por hora, respiro muy fuerte y no me atrevo ni a mirar atrás: de hecho, cuando disparo, solo cierro los ojos y disparo aleatoriamente, a lo loco, a lo Rambo...
Entramos en la ciudad más rápido de lo que creíamos y Bruce nos grita que lo sigamos.
Bruce nos llevo a un callejón oscuro. Nos escondimos detrás de unos contenedores de basura que había y los zombies pasaron de largo sin siquiera asomarse en el callejón. Al no haber farolas y el callejón al ser tan oscuro era un punto a nuestro favor.
Dejo de respirar tan fuertemente y de pronto, Bruce se horroriza, no dice nada y solo balbucea:
-M-M-M-M...
Nos preocupamos y rápidamente le preguntamos que le pasa e incluso Paul le chasqueó los dedos en la cara porque pensó que había entrado en un estado catatónico de todo lo que vio.
Bruce levanta un dedo y miramos en la dirección a la que apuntaba el dedo y nos sorprendimos.
Había una casa grande de aproximadamente dos pisos, protegida por un muro grande que había alrededor de la casa y había un cartel en una de las ventanas que decía:
"REFUGIO PARA PERSONAS NO INFECTADAS DEL VIRUS-ZOMBIE.ENTREN Y ESTARÁN SEGUROS.
ATENTAMENTE.
SARGENTO MICHAEL"
-¿Será él?-preguntó Emily, extrañada-¿De verdad será él? ¿Será ese tío de la transmisión?
De pronto, Bruce habló y dijo:
-Si, estoy muy seguro...Tengo un pálpito de esos... O como se diga eso...
Seguimos lentamente a Bruce para no hacer ruido y llegamos a la entrada. Llamamos y nos atendió el propio sargento Michael.
Era un hombre de estatura media, calvo y fuerte.
Estaba vestido como un general del ejército.
Tendría aproximadamente cincuenta y algunos, como Bruce.
No sabría decir la edad que tendría.
Nos mira de arriba abajo rápidamente y nos dice:
-¿Quiénes son ustedes? ¿Vienen a buscar refugio?
-Si...-preguntó Bruce-Ábranos la puerta por favor...
-Esta bien...-dijo Michael y abrió la puerta.
Entramos y en la entrada de la casa, unos militares nos quitan las armas. Y se metieron para adentro.
De pronto, unos médicos salieron y nos hicieron una revisión de los latidos del corazón, nos vieron los oídos, nos tomaron las pulsaciones, miraron nuestros ojos con una luz algo brillante y nos pidieron respirar lentamente mientras teníamos el estetoscopio en el pecho...
Algo extrañados estábamos en esos momentos pero lo hicimos.
El sargento Michael nos invitó a sentarnos en una mesa que había en la entrada y comenzó a explicar:
-Es bueno verlos por aquí, desde que este virus surgió y se empezó a extender por toda Nueva York cada vez son menos las personas que vienen aquí... Ni se sabe de dónde viene y ni hay una cura o una vacuna... Los médicos les acaban de revisar porque creemos que si revisamos a tiempo las personas podríamos hacer algo por ellos...-Suspiró-Aquí hay personas de todo tipo y aquí, si no estás infectado, eres libre de poder entrar y refugiarte...Aquí no se discrimina a nadie por su color, sexo, edad, religión, preferencia sexual, entre otras cosas...¿Cuáles son sus nombres? Es por saberlos...
-Jane.
-Emily.
-Paul.
-Bruce.
-Muy bien.-dijo Michael al mismo tiempo que sacaba un cigarro y un mechero de un bolsillo y comenzó a fumar-Lo siento, desde que todo esto comenzó he estado muy nervioso y he vuelto a mi vicio...Confío en ustedes a pesar de que los acabo de conocer y los médicos antes me dijeron que ninguno de ustedes estaba infectado ni tenía posibles síntomas de desarrollar esta enfermedad, pero aún así tengo que interrogarlos y luego, ustedes me podrán hacer sus preguntas...¿Han tenido contacto con algún infectado? ¿Han usado un arma? ¿Les ha mordido o arañado algún infectado?
Bruce tomó la iniciativa y dijo:
-Buenas sargento Michael, mi nombre es Bruce y soy un agente... He de decirle que oímos su transmisión y aquí vinimos, no vea para encontrarle es más fácil encontrar el poblado de los Pitufos que a usted...-Bruce se río y continuó-Yo responderé sus preguntas, he de decir que hemos visto a infectados y hemos matado a varios, algunos los teníamos hasta enfrente de nuestros ojos pero no han mordido ni arañado a ninguno de nosotros se lo aseguro y por supuesto que hemos utilizado armas para protegernos...Eso es todo...
Michael asintió y dijo:
-Bueno, eso está bien, adelante háganme sus preguntas, no se corten...¡Eso si! No se pasen...
Rápidamente, sin pensar, dije:
-¿Esta casado? ¿Tiene hijos?
-¿A que viene eso ahora? ¿A ti que te importa?-me preguntó Bruce en voz baja.
-Pues si estoy casado, felizmente desde hace 30 años...-y enseño el anillo de compromiso que tenía en el dedo anular-Y si tengo dos hijos, uno de 20 años y otra de 18 años que acaba de entrar en la universidad...
-¿Y ellos están...?-pregunté, no pude acabar la frase. Apenas tragué saliva por el miedo de la posible respuesta.
Bruce me miró con una cara de querer matarme.
De pronto, Michael se río y dijo:
-Ah, ellos están bien...Mi familia ahora mismo no está en Nueva York: mi mujer, Vanessa, está cuidando a mi suegra en Texas que está un poco pachucha podría decirse, tanto mi mujer como mi suegra son de allí... Mi hija, Wendy, está de viaje con su novio en Europa y no volverá hasta finales de verano y mi hijo, Liam, está estudiando en Los Ángeles... He podido hablar con ellos y están bien...Están bien...
-Bueno, cambiando de tema,-dijo Bruce-usted en la transmisión de la madrugada dijo que traía la salvación,¿a que se refería?
-Bueno,-dijo Michael y dejó de fumar-no se si me vayan a creer pero les juro por la vida de mis hijos, que, tengo en mi poder una máquina que nos puede llevar a un mundo paralelo parecido o igual que este... Antes de que me pregunten el porqué lo tengo en mi poder, les diré que cuando pasó esta situación de los zombies y las muertes, contacte con el presidente de los Estados Unidos a pedirle ayuda... Él rápidamente se sorprendió y me dijo que los científicos habían creado una máquina que podía llevar a cierto número de personas a mundos paralelos o iguales al planeta Tierra, él me lo mandó como un envío urgente a este refugio y me dijo que si era necesario que nos teletransportáramos... Y todavía no la he utilizado porque aún no es necesario... He incluso he oído que están creando más máquinas por si esta mierda se expande a otros estados e incluso, a otros países...
Nos miramos entre los cuatro: el difunto Logan tenía razón y no se equivocaba.
-¿Es cierto que están trabajando en una posible cura o incluso en una vacuna para este virus?-volvió a preguntar Bruce.
-Es cierto,-dijo Michael al tiempo que asentía con la cabeza-pero aún no tienen resultados...
Trague saliva y de pronto, sentí unas horribles ganas de vomitar. No tengo ni idea del porqué.
-¿De dónde ha surgido esto? Quiero decir el virus, no puede haber salido de la noche a la mañana...-preguntó Emily.
-No tenemos ni idea.-respondió Michael-Ni siquiera los mejores científicos de Estados Unidos lo saben...Nadie sabe el porqué, aún, ni siquiera han podido ni encontrar al paciente 0...
-Pues estamos bien...-susurró Paul para sus adentros.
-¿Y los demás estados que han dicho? ¿El resto de países lo saben?-preguntó Emily.
-Por lo que sé, de momento no, o eso creo... Según el presidente no quería avisar al resto de estados o países para evitar el dicho de "Maricón el último", o sea, quiere evitar que los demás estados se alertaran y dejaran de lado a Nueva York y la gente, incluso, huyera, vamos... O en el peor de los casos pusieron un muro alrededor para que nadie pudiera salir...Los demás países no lo saben...¿Alguna pregunta más?
Negamos con la cabeza y Michael dijo:
-Bueno, tienen que meterse en la casa, yo haré, bueno asuntos míos y que a ustedes les aburriría si les explicara en que consisten...
Nos metimos y unas personas nos guiaron y nos llevaron hasta abajo a una especie de búnker con más personas.
No sabría decir el número aproximado de ellas.
Justo cuando creo que Paul y Emily "me han perdonado" de pronto, Emily se me acerca y me dice:
-¿No crees que es increíble como una niña, tan pequeña como tú, puede llegar a ser un monstruo y haber abandonado a un chico, o sea Drake, que necesitaba ayuda?
La miré y la dije:
-Vete a la mierda...Eres una zorra mala, Emily... Creía que eras otra persona pero solo eres una hija de puta...
Me levanto y me alejó, Bruce oyó esto y se fue conmigo.
No sé que hacer con ellos parece que no me vayan a perdonar nunca pero Bruce me dice que deje de pensar en sus palabras porque según Bruce, él dice que Emily dijo esas palabras sin pensar y que ya se arrepentirá.
Le abrazo y me pongo a llorar.
Por todo, básicamente.
Y Bruce me abraza y me acaricia el pelo, y me consuela y me dice que si tiene que hablar e incluso a amenazar a Emily, lo hará.
Le doy las gracias y le digo que creo que no creo que sea necesario hacerlo pero Bruce dice que él haría cualquier cosa por mí.
Y se lo agradezco profundamente en las profundidades de mi alma.
Si es que tengo.
Claro

Apocalipsis zombie | Cambios en el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora