26. Constelación de Sagitario

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No podía negarme, yo quería quedarme con él.

Como respuesta besé su mejilla y volví a quedarme entre sus brazos. Creo que ese era mi paraíso personal y por ahora, no estaba dispuesta a dejarlo.

-¿Ves las estrellas? -me preguntó.

-No. -solo veía el cielo azul.

-Enfócate. Observa más allá del cielo, no te limites. Expande tu visión. -dijo señalando el cielo y eso hice. Observé más allá del cielo y conseguí divisar algunos destellos resplandecientes. Me concentré un poco más y dejé de ver el cielo azul para ver un cielo lleno de estrellas, nebulosas y un hollo negro a lo lejos- ¿Ahora las ves?

-Si -contesté con una sonrisa-. Es increíble.

-También podríamos buscar un telescopio pero es más sencillo que usemos nuestros propios ojos. Además, así no nos movemos.

-¿Qué pasaría si me...? -no terminé la frase porque estaba a punto de moverme y el me devolvió a mi lugar y me interrumpió.

-No te vas a mover.

-¿Por qué no?

-Porque no.

-Esa no es una respuesta.

-Lo sé.

-¿Entonces cómo evitarás que me mueva si no me das una buena razón?

-A la fuerza -se rió- si no puedo evitar que te muevas a las buenas, lo haré a las malas.

-Podrías evitarlo a las buenas si me dieras una respuesta -le reproché.

-¿Y si no tengo una respuesta?

-Pues... no lo sé.

-Bueno, la fuerza suena muy tentador y es efectivo. No puedes decir lo contrario.

-Lamentablemente -susurré muy bajo para que no me escuchara pero no lo logré. Él sabía que no tenía una respuesta- No te enojes, Vane. -dijo mientras reía.

-No estoy enojada -mentí.

-Y yo no soy guapo.

-¿Ahora se va a unir tu modestia?

-Solo si te enojas. Si sonríes, se irá.

-Vale -sonreí- me parece un trato justo. -volví a mirar el cielo y vi una constelación, pero no sabía cuál era- Demetrius, ¿sabes cuál es esa constelación?

-El arquero.

-¿Es la constelación de Sagitario?

-Si, ¿quieres saber su historia, verdad?

-¿Qué comes que adivinas? -reímos.

-Tus labios -me dió un tierno beso y antes de separarnos, mordió mi labio inferior. No quería que se separara, pero cuando lo hizo sonrió ampliamente-. Simplemente me encantas -susurró y yo sonreí-. Bueno, deja de distraerme -me hice la ofendida y reímos, luego siguió hablando- La constelación de Sagitario es la imagen del centauro Quirón. Nació del amor entre Cronos y la Ninfa Filira, tenía la forma de mitad hombre mitad caballo, ya que Cronos tuvo que convertirse en un caballo para engendrarlo. Dicen que su madre rogó a los dioses que la transformaran en alguna criatura porque había dado vida a un monstruo, su petición fue aceptada y la convirtieron en un árbol de Tilo. -hizo una pausa un tanto larga-. Quirón no era un monstruo y se distinguía de los demás por su sabiduría y conocimientos. -prosiguió- Artemisa y Apolo le enseñaron el arte de la medicina y la caza. Quirón tomó una cueva y la utilizó para transmitir lo que le fue enseñado, tuvo numerosos aprendices como Cástor, Pollux y Ulises. Tiempo después hubo una guerra, y fue herido en combate por una flecha empapada en la sangre de la Hidra Lerna, un monstruo acuático con forma de serpiente policéfala, de hecho fue uno de los monstruos que Hércules mató. -pausó- Volviendo a Quirón, el veneno de la Hidra le produjo demasiado dolor y como era inmortal, estaba condenado a vivir bajo la agonía del veneno. Decidió hablar con los dioses para dejar de vivir y a cambio, ofreció su inmortalidad a Prometeo. Después de que Quirón le diera su inmortalidad, Zeus lo puso entre los astros del cielo creando la constelación de Sagitario.

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