I TOLD YOU THAT I LOVE 'ILL FOREVER

2.4K 180 315
                                    


¡Y aquí estamos! Siento que voy a llorar, pero me la banco para no manquear con el teclado justo ahora jajajaja.

Bien. Nunca creí, en realidad, que esta historia iba a tener tanta repercusión. Quizá más que la primera de los gemelos Miya que hice. Y es que en un fandom como el de Haikyuu, hacer un fanfic con una OC (y más femenino), es como tirarte a los leones con el traje de carne de Lady Gaga. Por eso, cuando leo sus comentarios se los agradezco hasta que me odian por la repetición. Pero es que son tan amables y tiernos, que trato que quede claro lo muy bien que me hacen sus palabras.

Espero, de todo corazón, que este capítulo les guste. Y que pueda verlos a todos nuevamente pronto en otras aventuras.

¡Nos vemos prontito!


------------------------------------------------------------------------------------------



"Enjoy it. Because it's happening."

Stephen Chbosky, The Perks of being a Wallflower





CAPÍTULO 18: I told you that I love you 'till forever.


El invierno del último torneo.

En el torneo de primavera de su tercer año en Inarizaki, Atsumu Miya jugó como capitán y armador de su equipo.

En la tercera ronda, el tercer día, volvieron a enfrentarse a los cuervos de Miyagi: el Karasuno ya no tenía a su antiguo capitán, ni a su rematador estrella, ni a ese armador suplente tan raro que lograba conectar a todos. Pero, continuaba su pequeño libero de habilidades sobrehumanas. Ese rematador con cabeza de monje, y la pareja ofensiva por excelencia: Hinata Shouyo y Tobio Kageyama.

Osamu y Atsumu Miya recordarían siempre el volver a usar sus uniformes negros contra ellos.

El aroma a madera lustrada. El calor de los reflectores. El techo tan alto que no podrían alcanzarlo en mil años. Esa sensación de ser pequeños y enormes a la vez solo por estar ahí. Y eso fue: robarles la titularidad y demostrar que con los números cambiados en sus dorsales, seguían siendo imparables. Ese año fue la revancha. Inarizaki venció al Karasuno en su tercera ronda. Y los gritos de aliento de Oujiro Aran resonaron en todo el estadio como el fanático más aguerrido. Los aplausos cálidos de Shinsuke Kita cubriendo de orgullo la sonrisa de madre protectora, feliz por sus cachorros. Esa venganza con sabor dulce que terminó en un apretón de manos con el pelirrojo que parecía haber crecido unos pocos centímetros. El rostro triste y lleno de dolor. Los ojos llenos de vida tras la cortina castaña de sus íris húmedos.

—Te dije que iba a destrozarte en el intercolegial, Shouyo-kun —le dijo. El rostro cubierto en sudor frente al suyo contrayéndose en una derrota recibida. Volvió a hablar con una sonrisa sincera—. Ahora solo me queda colocar para tí.

Silencio.

Osamu había quedado petrificado por la incompetencia de su gemelo para tratar con diplomacia al equipo que acababan de vencer. La ausencia de sonido helada que ocurrió de ambos lados de la red se cortó con cuchillo cuando el muchacho de cabellos dorados y la camiseta 1 en su dorsal, extendió la enorme mano hacia el pelirrojo. Algo lo impulsó a hacerlo. Algo, como una ventana a un futuro al que llegarían por caminos totalmente opuestos. Pero que llegarían. Porque el muchacho de ojos miel estaba seguro por lo más sagrado, que esa no sería la última vez que vería el rostro cansado y la mirada llena de determinación.

La noche en que dije que te odiabaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora