prólogo

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Todo lo bueno llega a su fin, eso solía decir mi madre. Siempre que tenía oportunidad de hacerlo lo hacía, cuando obtuve el primer lugar el la feria de arte, cuando saque 10 en mi examen de algebra, cuando te conocí en aquel club de la preparatoria, cuando me hablaste e invistaste a escucharte tocar en el parque; tampoco olvido decirmelo el día en que oficialmente comenzamos a salir.

Era una buena época, buenos amigos, calificaciones, teniamos una buena relación, todo iba bien que incluso pensé que tal vez todo lo bueno si puede durar para siempre, al menos eso quería.
Pero entonces ella murió, de una repentina enfermedad, sus ultimas palabras fueron esas, con una sonrisa en su cara y sus manos junto a las mías

"Todo lo bueno llega a su fin, incluso si yo no fui la mejor, también llego mi fin"

Y entonces llore, y desee que todo lo malo también tuviese su fin, que despertara de este pesadilla y mi madre tuviese un cuento de cuna y mi manta favorita para devolverme los buenos sueños.
Entonces al soltar la mano de mi madre sentí frío, me recorrió la espalda una fria brisa; entonces, cuando mi madre soltó mis manos, tu las tomaste. Hiciste que el frío se fuera, que el dolor se hiciera más soportable, me besaste la frente y me abrazaste, para después al anochecer, acurrucarte junto a mi, haciendo que mi cabeza chocase con tu pecho, entonces dijiste aquellas palabras

"Tal vez lo bueno no dura para siempre, pero si escuchas mi corazón latir, y mientras este lata, siempre latera por ti. Ese es el para siempre que quiero compartir junto a ti"

Lloré lo que no había llorado horas atrás, no me dejaste. Y entonces creí, que tal vez lo bueno no dura para siempre, pero que tu hacias que lo malo tampoco lo hiciese.
Quería un para siempre, de tristezas y risas compartidas, junto a ti. Como una pequeña niña ilusionada deseé que lo que mi madre solía recordarme no fuese del todo cierto, recordé el amor eterno que mi madre, aún después de la muerte siempre sentiría por mi; y deseé que nuestro amor fuese igual de fuerte.

Y aunque juré no volver hacerlo, pues no quería salir lastimada igual que con la muerte de mi madre, al pensar que lo bueno podía durar para siempre.
Parada junto a un árbol viendo las estrellas, pedí que al menos lo nuestro durara lo suficiente para que fuese mi para siempre.





Pero, incluso si lo deseo...¿realmente lo sera?

the good does not last foreverDonde viven las historias. Descúbrelo ahora