the good does not last forever

dos

Sentado en el sillón, con tu teléfono en la mano. Me acerque lentamente a ti, hasta quedar sentada a tu lado, volteaste y preguntaste que pasaba, yo solo sonreí y con mis manos tome tus mejillas, me vi reflejada en tus ojos y lentamente te acerque hacía mi. Te besé.
Dejaste tu teléfono a un lado y me tomaste por la cintura, estirandome para que quedase recostada en el sillón, y subiste encima mío. Nos miramos por algunos segundos, tus mejillas estaban algo rojas y supongo que las mías también. Volviste acercarte, dejaste cortos besos; comenzado en mi frente, después uno en la nariz, comisura de los labios, en mi cuello, pecho, abdomen, pantorrillas, y uno en la punta de mis pies. Ambos reímos. Te paraste del sillón, apagaste el televisor y me tomaste entre tus brazos, para llevarnos hasta a habitación y luego gentilmente me dejaste caer sobre la cama.
Quitaste tu camisa, y dejaste al descubierto tu abdomen marcado, yo solo solté una risa nerviosa

-sabes que tu abdomen es mi punto debil-dije tapando con mis manos mi cara sonrojada-

-por eso cariño, lo primero que siempre hago es  quitarme la camisa

Te paraste frente a mi, quitaste las manos de mi cara y me besaste. Esta vez te aseguraste de introducir tu lengua; no besamos tanto hasta que ambos nos quedamos sin aliento y tuvimos que separarnos para tomar aire. Aprovechaste mi descuido y quitaste mis pantalones, tirandolos a un lado de tu camisa que descansaba sobre el suelo, luego yo quite los tuyos. Ya estabas bastante impaciente.

Y asi pasamos la noche, entre besos, suspiros, algunos sonidos extraños, y la cabecera del colchón golpeando la pared.

Terminamos bastante cansados. Algo que no entendía era como te habias hecho tan resistente, recuerdo la primera vez que lo hicimos, fue en mi cumpleaños número 19. Preparaste todo el día solo para nosotros dos, fuimos a desayunar con mi padre, después paseamos por las calles andando en bicicleta, tomamos algunas fotos y me cantaste algunas de mis canciones favoritas en la banca de un parque, después comimos en tu casa, junto a tus padres y tu hermano, pasamos la tarde viendo peliculas y comiendo chatarra en tu habitación. Más tarde me dejaste de nuevo en casa y me dijiste que me recogerias más tarde para ir a cenar.
Aún recuerdo el dolor de cabeza que tuve tratando de encontrar que ponerme y como arreglar mi cabello, al final de cuentas papá termino ayudandome.
Cuando me recogiste, pediste que te esperara en el auto y solo podía ver atravez de la ventana como le decías algunas cosas a papá.
En la cena, me llevaste a un pequeño apartamento el cual rentaste solo para esa noche, me preparaste mi platillo favorito, adornaste bastante bien aquel lugar, comimos el postre mientras hablabamos sobre si big time rush había sido mejor que one direction.
Y después, fue una noche mágica, me trataste como a una reina, y al contrario de lo que esperabamos, fui yo la que más duro.
No entiendo como pasamos de un sasuke cansado tomando agua de a monton, y un hinata aún caliente esperando pacientemente sentada en la cama a que su novio pudiese recuperarse.
A un sasuke pidiendo una ronda más, sin necesidad de tomar agua o ir al baño, y una hinata aún caliente pero sin fuerzas tirada bajo las sabanas, ahora era yo la que pedía la botella de agua.

A la mañana siguiente nos despertamos bastante tarde, pero como era fin de semana no le tomamos importancia.
Me desperté con tu mano sobre mi cintura y tu baba callendo sobre mi cabello.

-sasuke, tengo que hacer el almuerzo -dije tratando de pararme pero aún agotada por la noche anterior-

-5 minutos más, te llevare a almorzar a algún lugar asi que porfavor sigue durmiendo -me estiraste de nuevo, dejaste un beso en mi mejilla y volviste acomodarte para recuperar el sueño-

Paso una media hora para que el sonido de mi celular me volviese a despertar. Estire mi brazo lo más que pude tratando de no despertarte. Durante las noches puede ser bastante resistente, pero en las mañanas todo eso se va.

Era un mensaje de gaara, el compañero y amigo de sasuke en el trabajo.

"Hola hina, trate de comunicarme con sasuke pero su teléfono me manda a buzón, podrias avisarle que tengo buenas noticias. Le mostré una de las canciones que dejo a los directores, y dos de ellos lucen bastante interesados, organice una reunión para que el pudiese hablar con ellos dentro de 3
días"

Inconscientemente una sonrisa se formo en mi rostro, pude ver atraves de la pantalla como mis ojos brillaban.
Una buena noticia acompañada de un beso te esperaba al despertar, mi querida alma gemela.
Deje el celular a un lado y me acurruque bien, lo suficiente para que tu cabeza pudiese descansar en mi pecho mientras masajeaba y jugaba con tus cabellos. Tu solo me abrazaste y soltaste una pequeña risa.

Oh amor mío, estas cada vez más cera de cumplir tus sueños, y yo estare para presenciarlo. No tienes idea de lo feliz y orgullosa que me siento, solo tienes que escuchar a mi corazón latir, late tan rápido y esto es por ti, siempre ha sido por ti, y siempre lo sera.
Porque anhelo que lo bueno dure para siempre.