Paquete desconocido

256 19 0
                                    

Daba pasos lentos hacia mi habitación la noticia de que me mudaría con mi tía me tomó por sorpresa. Jamás pensé que mis padres ya no quisieran tenerme en casa por considerarme un fastidio, ni en un millón de años, pero pasó hace pocos minutos. Entré a mi habitación sin poder creerlo aún, creo que en esos momentos sólo una demasiado buena película de terror podría quitarme la tristeza. Tenía ganas de llorar, pero no había nada de lágrimas desbordándose supongo que mis conductos lagrimales se negaban a llorar. Me han llamado cínica muchos de los que creí eran mis amigos. Igual que en muchas historias también me traicionaron personas en las que confiaba pero a diferencia yo no dejé que eso me marcara para siempre, no quiero lástima ni quiero que me vean como un blanco débil del cuál puedan burlarse. Ese día fue como cualquier otro, algunos chicos intentaban acercarse a mí, pero no buscaba novio.

Flashback:

En ese momento nos encontrábamos en el patio de la escuela, me encontraba comiendo un emparedado feliz, mis "amigos" sonreían igual que siempre. De la nada vi como Diana le guiñó el ojo a Ryan, este frotó sus manos de manera ansiosa y de inmediato los cinco se levantaron. Yo los miraba confundida, pero mi emparedado estaba demasiado delicioso como para que me importara.

− ¿Puedes dejar de tragar como cerdo Gabriella?

− ¿Te pasa algo Margaret? -dije un poco extrañada por aquel insulto mientras me paraba−

−Si pasa algo pequeña idiota. -dijo Kyle burlón−

−Estamos hartos de ti y no queremos que sigas con nosotros. Nos dabas lástima y un día se nos ocurrió ayudarte, pero Luck dijo que sería divertido dejarte en ridículo. -dijo Diana. Yo los miraba completamente seria, supongo que esperaban que me rompiera en llanto, me cortara las venas para después suicidarme pero no iba a dejar que ellos ganaran destruyéndome la vida− Le dijimos que no. Pero luego de notar lo rara y estúpida que eres... no te soportamos Gabriella. Aléjate de nosotros.

Miré a cada uno individualmente y todos me miraban con desprecio, como si les hubiera arruinado la vida. Por último miré a Ryan el no me resistió la mirada supongo que en el fondo tenía un poco de corazón. Seguían mirándome esperando que hiciera o dijera algo o posiblemente esperando a que me fuera.

−Pues su plan no funcionó muy bien. No me siento humillada, ni triste, ni nada que me afecté demasiado. −sonreí− Un poco de náuseas tal vez por el olor a podrido que tienen, me alegra que me lo dijeran creo que no hubiera aguantado demasiado tiempo con gente como ustedes. Me voy. Gracias por el emparedado Ryan, te lo regalo creo que perdí el apetito.

Me retiré sin más, estaba triste de hecho estaba demasiado triste, pero no dejaría que ellos ganaran. Mentí, aún tenía hambre. Jamás olvidaré la cara de tontos sorprendidos que tenían ante mi respuesta, eso si que no tiene precio. Me dirigí hacia la cafetería a comprar otra cosa de comer. Llegué, lentamente, pero llegué, observé a Berta con una sonrisa y ella me tendió un pedazo de pastel.

−Yo invito pequeña -dijo ella sonriendo−

−Gracias Berta.

Giré para irme pero topé con una pared, uups, no es una pared es un chico. Levanté la mirada y me encontré con Luck. Me miraba intentando intimidarme, sin embargo, lo resistí mientras ninguno de los dos cedía.

− ¿Cómo puedes ser tan cínica? -dijo en un grito aunque realmente no parecía que esperara que le respondiera− realmente nunca fuiste nuestra amiga ¿Qué era lo que buscabas de nosotros entonces? Porque compañía no era, supongo que fue mejor que te alejaras, lo hipócrita se nos pegaría.

The MirrorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora