Prólogo

26 2 0
                                    

En sus inicios, Hill Town era un pueblo bastante transitado y famoso en los alrededores, lleno de gente de toda clase. Era un pueblo muy alegre en el que solía llover de vez en cuando, pero aún así el clima fuese húmedo, las personas seguían teniendo un ánimo cálido.

Con el pasar de los años y el crecimiento del país, Hill Town fue decayendo y dejando de ser el centro atractivo y turístico; ahora la zona más famosa, de gente adinerada y centro turístico se trataba de la Ciudad de Londres.

A pesar de su decaída, no se esperó que fuese a afectar de forma grave a los ciudadanos que allí residían. Sin embargo, en la actualidad se convirtió en uno de los pueblos más pobres de Inglaterra.

Siendo la sombra de Londres, quedando relativamente cerca, se transformó en un pueblo oscuro. Los ciudadanos que quedaban vivían yendo y viniendo de Londres por sus trabajos de medio tiempo y poco sueldo, o quizás trabajando ahí mismo con pocas ganancias. Ya no eran los tiempos de antes y, al parecer todo iba camino a tener un fin en un futuro si seguían dejándolo perder.

El primer orfanato de Inglaterra se encuentra en ese pueblo. El nombre que le dieron y aún mantiene desde su fundación es "Sunny Days" con el eslogan de Días soleados y de esperanza para niños en busca de un hogar. En aquellos tiempos era algo que tenía bastante sentido y sonaba motivador y cálido, justo como el pueblo y las personas ahí lo eran. Hoy en día hasta parece un chiste.

La realeza dirigente del país parece haberse olvidado de ese lugar en especial, donde antes acudían muchas personas para adoptar a niños huérfanos y sin hogar, dándoles otro chance de una mejor vida. Eso había cambiado. Ya no iba nadie a ese lugar, ni siquiera las personas que vivían en el pueblo tenían lo necesario para ayudar.

Las Monjas que antes eran benevolentes, cariñosas y gentiles con cada uno de los niños; se habían vuelto estrictas, frías y no tenían piedad. Después de todo, estaban en banca rota y no tenían los fondos suficientes para mantenerse.

Ninguna de esas criaturas tenían culpa de la vida tan decadente que vivían. Nadie sabía cómo habían terminado en ese estado, ni siquiera lo veían venir.

Un día, una noticia sacudió a toda Inglaterra e incluso a ese pequeño pueblo. Era sobre una banda famosa que iría directamente al Orfanato Sunny Days para hacer una donación de más de un millón de libras esterlinas para el mantenimiento y restauración del Orfanato.

Simon les explicaba a los cinco chicos presentes en aquella habitación la situación grave en la que se encontraba y que estando de vacaciones era una buena idea hacer actos de beneficencia. Los cinco chicos lucían cansados de ver a su jefe mientras les decía todo lo que tenían que hacer, era algo que planeaban evitar a toda costa en sus vacaciones como banda.

—Simon, sigo sin entender por qué tenemos que hacer esto precisamente en nuestras vacaciones—Habló el pelinegro aburrido. Ya no soportaba más tener en frente a ese sujeto.

—Muy sencillo, Zayn. Esto les va a dar una excelente imagen y funciona para hacer publicidad—Explicó su jefe con una sonrisa falsa en el rostro.

—No estoy en contra de hacer esto—Comenzó a hablar el rubio—Pero hacerlo porque tú nos dices y sobre todo, bajo tus falsas ganas de ayudar a los demás, lo hace bastante cansado.

Uno de ellos se levantó del sillón.—Estoy de acuerdo con Niall, ni siquiera sabíamos de la existencia de ese pueblo ni de ese Orfanato hasta que nos lo acabaste de mencionar—Hacía movimientos con sus manos mientras hablaba. Lo señaló.—Haré esto porque me nace y no porque tú nos estés mandando, Simon. Que eso te quede claro.—El ojiazul de cabello castaño salió de la oficina al pasillo sin esperar respuesta alguna. No tenía nada más que discutir.

Luego de unos minutos, los demás chicos salieron y se encontraron con su amigo recostado de la pared esperando por ellos. Su jefe no salió, y eso era algo que el chico agradecía en parte.

—Louis, sé que de todos, tú eres el que menos soporta a Cowell, pero por actos como ese nos puedes hundir a nosotros también, no a ti nada más.—Regañó el chico con ojos color café.

Louis rodó los ojos e hizo un ademán.—Eso lo sé, Liam. No necesito que me estés regañando ni recordando nada.—Dijo serio.

El ojiverde se colocó en el medio de todos para tratar de aligerar la situación y dar la noticia.—A fin de cuentas, chicos. Iremos a Sunny Days—Avisó.

Todos asintieron.—Ya quedó hablado y se va a hacer.—Añadió Zayn.

Eso era, lo habían decidido por ellos mismos. No querían sentirse obligados por su jefe y mucho menos donar y ayudar por hipocresía. Lo que ellos hacían, lo hacían porque ellos lo decidían y sentían que era lo correcto. Al fin y al cabo, las decisiones las tomaban entre ellos sin tener en cuenta la opinión de su jefe ni su confirmación.

Estaban cansados de ser controlados, así que su único escape era creer que ellos manejaban la situación, y una forma de hacerlo, era no haciendo lo que su jefe quería que hicieran, sino haciendo las cosas a su manera.

Irían a Sunny Days, un Orfanato olvidado por el mundo, que ahora sería visitado por esos cinco chicos.

Katie TomlinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora