Déjame borrar nuestros recuerdos [Crystal #EMEN]

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Sus ojos inyectados en sangre me miran con rabia. ¿Qué le está pasando?

- ¡Aléjate de mí- me espeta con desprecio.

- Max... sólo quiero ayudarte- digo cuidadosamente mientras me acerco lentamente hacia él.

- ¡No quiero tu puta ayuda!- me grita aún más alto.

Y esta vez ne empuja con fuerza, haciendo que me estrelle contra la pared.

Me despierto sobresaltada, agitada y sudando.

Estoy soñada de que en mi cabeza se repiten constantemente. ¿Voy a estar así siempre o qué?

Miro la hora, ¡ostias las 11:30 de la mañana! Moonlight viene a las 12.

Me levanto corriendo de la cama y me dirijo al baño para cepillarme los dientes. Hoy tengo el día libre, así que aprovecharé para hacerle un pequeño tour por la ciudad.

Me visto con lo que primero que pillo en el armario y salgo pitando hacia la cocina.

Hoy no me voy a poder esmerar mucho con el desayuno, así que agarro la botella de cristal donde está el zumo de naranja que exprimí ayer y me sirvo un vaso. Abro el armario y cogo uno de los croissants embalados que tengo para casos de emergencia.

Sí, no es muy sano, pero es lo que hay.

Me siento en la barra para comer mientras que reviso mis redes sociales. Y sin darme cuenta oigo el sonido del timbre.

Me meto en la boca el último trozo de croissant y me voy hacia el recibidor.

Al abrir la puerta me encuentro a la morena, con una maleta enorme y una bolsa. Me fijo en que hoy también lleva gafas de sol, pero estas son diferentes a las de ayer.

- Buenos días- me saluda dedicándome una sonrisa.

- Buenos días- le respondo de la misma manera- Ven por aquí, te diré donde esta tu habitación pata que dejes tus maletas.

Moonlight asiente y me sigue, y nos dirigimos hacia su nueva habitación, que está justo al lado de la sala de estar.

- Esta es- comienzo a decir- Allí está tu baño y en frente el vestidor.

- Vaya... ¡Me encanta!- dice mientras se quita las gafas- Muchas gracias, Crystal.

Me fijo en sus ojos, marrones, que brillan como si hubiera llorado hace poco, y debajo de ellos unas grandes ojeras.

Aunque soy muy cotilla, no creo que lo mejor sea preguntar, puede que se incomode, aún no nos conocemos como es debido.

Creo que se da cuenta de que estoy mirando sus órbitas y habla.

- Pregúntalo, no es bueno quedarse con la duda- dice calmada y dedicándome una media sonrisa- Al fin y al cabo nos tenemos que conocer.

- Bueno... ¿estás bien? Pareces cansada.- digo no muy segura.

- Un amigo murió hace unas semanas. El cáncer gano la batalla.- responde desviando la mirada al suelo.

Un nudo se instaura en mi estómago y un escalofrío recorre mi cuerpo, reacción que suelo tener cuando oigo hablar a alguien sobre estas fatídicas enfermedades.

Por instinto, no puedo evitar acercarme a ella y abrazarla. Ella se tensa pero en seguida se relaja y me corresponde el abrazo.

- Lo siento mucho, de verdad.- le digo sin poder evitar soltar una mueca.

- Tranquila- dice mirando al horizonte- Poco a poco lo voy superando. Supongo que por desgracia hay personas que su final es abandonar este mundo antes de lo previsto, yéndose de nuestro lado.