cuatro: malhumor, vergüenza, impotencia.

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Volví a la realidad cuando recibí un golpe en el brazo por parte de Killer.

Me quedé perplejo, como si de una película se tratara, sentí como una gran cantidad de acontecimientos se aglomeraron en mi memoria. Eleanor.

—Ah... —me incorporé y organicé mis pensamientos—. Soy Kid, creo que... creo que tu número estaba anotado en mi brazo.

Del otro lado de la línea se oyó un ruido gutural, seguido de una incontrolable tos ¿Se había ahogado?

— ¡Cállate! —Sabo medio-susurró tapando la boca de Luffy, quien había soltado una carcajada.

— ¿Y bien? —cuestionó Nami en el mismo tono de voz que Sabo. Puse cara de no entender a la vez que elevaba mis hombros— ¡Pregúntale si está bien, imbécil!

— ¿Te encuentras bien? —pregunté luego de rodar los ojos.

S-sí —habló al fin—. Entonces, tú eres el que vomitó sobre mis zapatos.

Demonios, ¿tenías que decir eso cuando estoy en altavoz? 

Luffy no pudo contener la carcajada, contagiando al resto. Podía sentir el calor en mi rostro. 

Me puse de pie y a la velocidad de la luz me encerré en el cuarto de baño, antes de que pudieran burlarse de mí. 

—Siento eso, aunque realmente no lo recuerdo —contesté intentando disimular mi vergüenza. 

No te preocupes —dijo despreocupada luego de reír—... ¿Entonces no recuerdas nada de anoche?

Miré hacia mi izquierda, sin prestar verdadera atención a lo que se encontraba allí. Las imágenes borrosas de los acontecimientos me daban una ligera idea de lo que había pasado. Una lista de objetos clave se formó en mi cabeza: piscina, trajes y un porro. Qué interesante.

—Recuerdo algunas cosas vagamente —contesté uniendo las piezas del rompecabezas que era su rostro. ¿Tenía ojos azules o café?

¿Qué es lo último que recuerdas?

Me tomé unos segundos para pensar y, como por arte de magia, la escena se desarrolló en mi cabeza como si acabara de vivirla.

«— ¿Recuerdas cuando te dije si querías verme desnudo? —pregunté y, sin darle tiempo a contestar, volví a hablar— ¿Te lo puedo preguntar de nuevo?»

Me estremecí.

—Estabamos en... ¿Un balcón? No lo sé, estábamos jugando a verdad o reto.

¿Nada más?

—Todo negro.

Dejó escapar aire de su nariz, divertida.

Bueno, luego de decir algo que solo un don Juan diría, vomitaste en mis zapatos —dijo sin titubear.

Masajeé mis ojos cerrados, preso de la vergüenza.

—Agh... ¿Y luego?

Me diste las llaves de tu apartamento y me pediste que te llevara allí.

Con cada palabra que salía de su boca los recuerdos aparecían con frescura. Eleanor arrastrándome dentro de un taxi, sus cálidas piernas y mi cabeza en ellas, el ascensor de mi apartamento y finalmente mi cama.

Pero, aún quedaba una incógnita.

—Oye, ¿Sabes cómo llegaron... eh, todos a mi casa? Ya sabes, Luffy...

¡Oh! Sí, lo recuerdo —parecía muy divertida con toda la situación, su voz sonaba como si sonriera cada vez que hablaba—. Cuando estábamos subiendo al taxi Luffy trajo a tu amigo junto con... tu otro amigo, creo. De alguna forma todos acabaron subiendo a un coche y nos siguieron, creían que íbamos a otra fiesta.

Solté un bufido y me senté en el retrete. Me sentía aliviado de al fin saber qué demonios había sucedido anoche, aunque haya sido bastante penoso. La imagen del estúpido Kid ebrio y drogado vomitando sobre una chica linda luego de decir semejante fanfarronada es tan... ¡Dios! ¿Alguna vez sintieron tanta vergüenza que su estómago parecía un terremoto? Agh, preferiría quedarme encerrado en el cuarto de baño todo el maldito domingo antes que tener que salir a verle la cara a la panda de infradotados que muy seguramente se burlarían de mí. Ahora mi rostro estaba rojo de ira.

—Ah, genial —comenté, completamente desecho en el retrete—. Gracias por traerme, no debiste...

¡No hay de qué! En serio, no fue ningún problema —se apresuró en decir. Desde que habíamos empezado a hablar tenía un tono de voz nervioso e inseguro, hasta cuando parecía reírse de mí.

—Está bien —contesté. El incómodo silencio que se instaló luego de mis últimas palabras iba a sacarme de quicio. Si es que no explotada del malhumor antes, o de la vergüenza, o de la impotencia, o de la... en fin, decidí que era un buen momento para finalizar con la maldita conversación e intentar reponer mi estado de ánimo con una buena ducha fría—. Oye, fue un gusto pero, debo irme...

¡Espera!

El silencio luego de su interrupción me indicó que esperaba que le diera el pase para hablar.

— ¿Sí?

M-me preguntaba si... Ah, no lo sé, quizás, si estás libre, quieras ir a... Eh, ir a por café. Si es que te gusta el café, si no podría ser una cerveza, o malteadas, o...

—Eleanor —interrumpí antes de que mi paciencia se agotara y dijera algo grosero a alguien que no lo merecía—. Lo lamento, estoy... ocupado.

Sí, una excusa de mierda. Lo sé muy bien, pero soy un fracasado que vomitó en los zapatos de la chica que ahora me invitaba asalir, mi orgullo me gritaba que no socialice al menos por un mes. ¡Maldita sea! Al menos podría haber sido sincero y decir que simplemente no estaba interesado, ¡ni si quiera me dijo una fecha! Además ¿ocupado? Eres un maldito vago Eustass Kid, llegas del trabajo y lo único que haces es beber, fumar y escuchar compilados de música alternativa que realmente odias, ¡es como escuchar la misma maldita canción por horas! Se te nota en la cara lo perdida que está tu mísera existencia.

Oh... Está bien, no hay problema —dijo al fin, esta vez sin la sonrisa en su rostro que supuse que llevaba grabada—. Fue un placer, adiós.

Antes de que pudiera siquiera disculparme —cosa que no haría porque, ¡sorpresa! soy un cobarde — cortó la llamada con brusquedad.

Observé la pantalla de mi móvil hasta que esta se volvió negra, reflejando así mi patética cara.

Te odio.


☁︎☁︎☁︎

perdón que el capítulo sea corto, es que estoy llena de tarea y no entiendo na ;( send jelp

espero que les haya gustado, estoy intentando actualizar más seguido, aunque....................... no prometo nada lol

los tkm, gracias por leer y comentar💖
besis

Amor de verano →Eustass Kid←Donde viven las historias. Descúbrelo ahora