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El sonido de las olas chocando contra la orilla era uno de los sonidos más relajantes que Jake siempre amó. Desde pequeño, vivía con su madre en una casa a pocos metros de la playa, alejada de la ciudad.

La vida de este chico siempre ha sido tranquila y humilde. Nunca pudo conocer a su padre, pues esté falleció antes de que él naciera. Pero su madre lo crio con todo su gran amor y compañía, enseñándole grandes cosas de la vida para poderlas enfrentar con valentía y humildad, haciendo de él un chico de dieciocho años, amable, simpático, inteligente y nada problemático, a punto de entrar a la universidad para estudiar la carrera de traducción e interpretación.

Jake tenía la miraba fija en el horizonte, entristecido, mientras escuchaba una de sus canciones favoritas: "Scars" de "I Am They". Ese día lo había dejado con su novio. Habían estado juntos durante tres años, estando el uno al otro súper enamorados. Pero desde hacía dos meses, ese amor se iba apagando por parte de los dos. Y justo esa misma mañana decidieron dejarlo y acabar como buenos amigos.

Jake notó unas manos posarse en sus hombros y no tuvo la necesidad de mirar quién era, pues se trataba de su madre, quien le dio un beso en la cabeza para luego abrazarlo por detrás, dándole palabras de apoyo que tanto agradecía él. Tenía suerte de tenerla, no sabría qué haría si algún día le faltaba. Probablemente caería en un pozo sin fondo. Pero como siempre le decía ella: "por mucho que caigas y caigas, siempre habrá una salida para todo. Solo tenía que creer en sí mismo, que podía superar todos los obstáculos que le ponía la vida en su camino, que nada lo pararía

A los dos meses Jake ya estaba camino a su nueva etapa, la universidad. Tenía dos horas de camino, por lo que debía quedarse en el campus. No le desagradaba en absoluto, el único problema era que echaría de menos su hogar y a su madre.

Mientras iba caminando por aquellos pasillos, esté miraba cada detalle, maravillado, sin creerse que haya llegado hasta donde estaba. Llevaba queriendo ir a, concretamente, esa universidad tanto tiempo que se le hacía surrealista.

Pasaban los días y las semanas, y Jake ya tenía su pequeño grupo de amigos con los que pasaba los días en clase, en la biblioteca, en la calle... Pero no se esperaba lo que vendría después: un accidente.

Jake despertó en el hospital dos semanas después, desorientado, confuso, con un dolor de cabeza horroroso. Pero lo que más llamó su atención eran todas esas personas que estaban en aquella habitación. ¿Quiénes eran? No los reconocía. Lo único que podía hacer era observarlos cómo lloraban. En especial, una mujer de unos cuarenta años que se había desmayado después de que Jake dijera que no la reconocía. Había sufrido de amnesia después de que aquel camión se desviara e hiciera que se diera un fuerte golpe, a aparte de tener varios huesos rotos y el cuello dislocado.

Cuando saliera de aquel hospital, debía empezar de cero, conocer su vida de nuevo. Y poco a poco, poder acordarse de cada momento que pasó, bueno y malo.

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⏰ Última actualización: Jul 19, 2022 ⏰

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