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Se dice que los gemelos poseen una conexión especial.
Olvidemos eso de poderes telepáticos y demás tonterías. Los gemelos tenemos una conexión especial pero no como la demás gente la pinta.
Tener un hermano gemelo es tanto una bendición como una maldición. No estás solo dentro del vientre de tu madre, desde antes de abrir los ojos tienes un compañero, un amigo que con el puro hecho de estar junto a ti antes de nacer promete estar al lado de ti toda la vida.
Obviamente no recuerdo nada de nosotros dos de bebés pero si cerrara los ojos y con toda mi fuerza tratara de recordar eso, sin duda te veo a ti.
La confianza indudable que sentíamos el uno por el otro era perfecta. No dudamos de nada y éramos amigos y confidentes. El nacer, jugar y vivir nuestra infancia era un sueño comparado con la paz de los Elíseos; si necesitabas mi ayuda yo estaba ahí y viceversa.
Pero ya sabes lo que dicen, lo bueno nunca dura, y lamentablemente nuestra en ese entonces todo era demasiado bonito. A veces me preguntaba (y lo sigo haciendo) como hubiera sido nuestra vida de no haber nacido en el Santuario. ¿Seguiríamos siendo inseparables?, ¿acaso habríamos intentado matarnos el uno al otro?
Por un momento olvidemos al insufrible de Aioros y los celos que él me provocó al arrebatarme de poco a poco a mi compañero de vida. Admito que yo me sobrepase ahí, la envidia nunca me dejo pensar con claridad que a pesar de tener un amigo no me abandonarías nunca. Mis celos disfrazados de hostilidad fueron lo que te empezó a alejar de mí.
Aunque Aioros jamás hubiera sido tu amigo estábamos destinados a separarnos y llenarnos de odio, porque ningún par de gemelos nacidos con el velo de protección de Géminis pueden hacer que su amor perdure. En el Santuario siempre habrá un gemelo destinado a la oscuridad.
La armadura de la tercera constelación del zodiaco siempre será la manzana de la discordia. Tan bella e imponente que ambos anhelamos vestirla.
Un buen ejemplo es Aspros y Deuteros, que al igual que nosotros eran lo único que tenían y terminaron matándose. Tú casi me haces lo mismo hermanito, condenándome a muerte encerrándome a mi suerte en Cabo Sunion.
No morí, me quede en la preciosa Atlantis y termine portando una escama planeando mi venganza hacia aquellos que se burlaron de mí y claro no se diga, venganza contra ti y la estúpida diosa que protegías a muerte.
Vaya sorpresa les diste a los "intocables" santos dorados en la batalla de las Doce casas, mostrándoles que la maldad encarnada estaba sentada en el trono del Patriarca manejando todo en el Santuario a su antojo. Hubiera matado por ver la reacción de ellos, quienes se creían dioses entre mortales que fueron humillados por cinco chiquillos de bronce. ¡De bronce!
Sin embargo mi tonta alegría no duro mucho porque te sentí. No hablo de cosmos, sino de ti, de aquella invisible y extraña conexión de la que siempre estaríamos atados por compartir lugar en el vientre de nuestra madre.
Fue como sentir un vacío, una gran presión en el pecho que no me dejaba respirar. Juró que pude verte delante de mí, encajando con desesperación el báculo de Athena en tu vientre. Mi otra mitad, mi gemelo quien soñaba con morir en un campo de batalla se había ido así de simple cometiendo suicidio. ¿Por qué lo hiciste Saga?
¿Por qué tuve que vivir siempre bajo tu sombra?
¿Por qué mi ambición no me dejó ver más allá de la envidia?
¿Por qué aceptaste regresar si Hades te lo pidió?
¿Por qué a pesar de haber llorado desconsolado por la muerte de Saori hace unos minutos te marchaste determinado y serio?
Son preguntas que jamás tendrán respuesta puesto que tu corto tiempo de vida se acaba. El amanecer no tarda en llegar, el horizonte comienza a pintarse de las tonalidades grises que traerán el día. Mientras el Viejo Maestro se despide de quien fue nuestra figura paterna yo pienso sobre cómo fue que terminamos así; dedicándonos miradas resentidas y tristes. Tu armadura cubre mi cuerpo de manera protectora, convirtiéndome en Kanon de Géminis.
La mayor probabilidad es que termine muerto en esta guerra santa y me pregunto ¿habrá posibilidad de que nuestras almas se reencuentren en otra vida? Y si es así ¿podría ser fuera del infernal Santuario? Viviendo como personas normales con discusiones triviales y no un odio en el cual nos deseamos gustosos la muerte.
Al mismo tiempo que mis ojos se percatan de que Shion desaparece siento de nuevo esa horrible sensación que me parte el alma robándome el aire, dejándome incompleto, sin la otra mitad que necesitaba para vivir.
Mis ojos derraman unas solitarias lágrimas y acudo al llamado de Dohko de Libra, dispuestos a pelear hasta el último aliento. Él, pelea por la humanidad y por Athena, yo solo lo hago por una sola persona que eres tu Saga. Donde quiera que este tu alma haré que me veas y que te sientas orgulloso porque después de todo lo mejor que me paso en esta patética vida de guerrero fue tenerte como hermano gemelo.
✨♊️✨
Como el otro año escribí una historia de ellos no pude evitar escribir otra vez una por el cumpleaños de mis personajes favoritos de Saint Seiya 🥺❤️ Feliz cumpleaños #58 Saga y Kanon🥳❤️
