Narrador omnisciente.Durante lo que restaba de la semana, aquellos impulsos comenzaban a hacerse cada vez más y más fuertes en el interior del hombre lobo.
Tuvo que, varias veces, apartarse de Yui, como de cierto compañero de asiento, con el que había comenzado a hablarse y a entablar una particular amistad. Los cambios de humor habían sido más y más constantes, como sus salidas al patio de la mansión, acciones y reacciones que no pasaron desapercibidas por los hermanos. Si bien aquél niño no les importaba, estaban seguros de que algo malo ocurría, o en el peor de los casos, con esas actitudes sospechosas, algo entre manos se traía, incluso se les ocurrió la idea de un complot. Pero, para ser sinceros, dudaban de la mera existencia de inteligencia en aquella cabeza peli azulada. Un complot era una idea muy elaborada para alguien como él.Por su parte, el muchacho, luego de las clases, inhaló en profundidad. No queriendo hacerlo realmente. Pues, sus sentidos habían aumentado considerablemente. Sintiendo ahora, en el patio de la mansión Sakamaki, el sutil aroma de shampoo que usaba cierta rubia.
Dulce, pero demasiado empalagante para su gusto.
Arrugó su nariz y golpeó con fuerza su cabeza contra el suelo, intentando olfatear el aroma del cesped para eliminar los rastros dulzones de aquél aroma.
Para su mala suerte, cierto albino se encaminaba en su dirección.
Decidido a encararlo y molerlo a golpes por aquella extraña actitud que lo sacaba completamente de quicio, sin embargo, detuvo su marcha al ver al joven olfatear el suelo. Cómo si realmente fuera un perro.-Que....Que mierda estás haciendo, pedazo de imbécil.-
Subaru exclamó detrás de él. Ya sin dar alusión lo que sus ojos rojizos veían.
El joven no se exaltó, al contrario, había sentido los pasos en la tierra, como el aroma a rosas y rocío del albino. No hacía falta siquiera darse vuelta, para saber cómo lo estaba mirando.
-Oh...¡Mira lo que trajo la marea al viento! ¡Hola rayito de sol!
Canturreando para molestar a aquél vampiro, alzó su vista momentáneamente.
Regalándole una pequeña sonrisa de diversión al contrario, mientras comenzaba a limpiar con cuidado sus manos.
-¿Que...?
En su mente, comenzó a contar de reverso, desde cinco, hasta uno. Esperando así la reacción tan esperada y cliché que ya tenía en mente del albino.
-¿¡Cuántas veces te dije que dejes de decirme así!? ¿¡Acaso tu jodido cerebro ya dejo de funcionar!? ¡Mierda contigo!
En un suspiro de resignación, el muchacho de cabellos azulados se levantó, parándose finalmente frente a él, confrontandolo de igual manera.
Su tranquilidad como actividad de auto recreación en la tierra habían sido interrumpidas, y no de una buena manera.-Repitelo si te dan los huevos, hijo de puta.
En otros momentos, quizá nunca. Se hubiera contenido y hubiera seguido bromeando con el chico como siempre. Sin embargo, cómo se dijo antes, sus actitudes cambiaban explosivamente, rápidamente y sin mucho sentido.
Estaba seguro que se debía a la luna llena, sus sentidos se alteran, se ponen más violentos, o en otros casos más dóciles. Aunque estaba seguro de que con el, la docilidad no sería su amiga en esos momentos ni en los próximos.Subaru lo miro fijamente, un extraño escalofrío se deslizó por toda su columna vertebral. ¿Que pasaba con esa respuesta? ¿Que pasaba con esos ojos amarillos mirándolo tan fijamente?
Todo en ese chico, en esos momentos lucía aterrador.
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Tʜᴇ Bᴀᴅ Wᴏʟғ | Diabolik Loversʸᵃᵒⁱ
أدب الهواة❞─── 𝐖𝐡𝐨𝐚 ¡𝐄𝐬𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐚𝐥𝐮𝐜𝐢𝐧𝐚𝐧𝐭𝐞!❞ Era un día de lluvia cuando aquel joven llego a la mansión. Su personalidad extrovertida y explosiva contrarrestaba la de los hermanos siniestros y sádicos. Sin duda un rayo de luz entre tanta oscu...