Ahogada en el llanto me encontraba otra vez, mi voz se sentía débil las lágrimas no salían me ahogaba en mis propias penas sentada en ese piso frío, abrazada a mi misma tratando de entender que es lo que siento, porque me siento así.
Ya había pasado 2 horas y estaba en ese mismo estado no sabía que hacer, sentía como una daga atravesaba mi pecho, no podía respirar, me faltaba oxígeno, estaba ahí totalmente vulnerable, tenía que quitarme esa sensación, ese dolor indescriptible que sentía, hasta que la vi, esa navaja que usaba como defensa personal, había escuchado que aliviaba el dolor, las personas que lo decían las creías locas y estupidas hasta ridículas, pero en ese momento no pienso y apto seguido la tomo y con las manos temblorosas la coloco en mi muñeca y la pasó rápidamente, ahogue un gemido de dolor, mire la cortada no era tan profunda pero brotaba de ella sangre y la sensación que me brindaba no estaba nada mal, que digo no sentía dolor , comparado con lo que mi corazón sentía, era la mejor sensación en ese momento y sin pensarlo seguí pasando la navaja por mi muñeca, cada vez más rápido, más hondas, pero no me daba cuenta estaba sumergida en la sensación que me brindaba por un momento no recordaba ni sentía nada, estaba contemplando el daño que yo misma le estaba haciendo a mi cuerpo, sabía que dejaría cicatriz pero valía la pena con tal de no sentir el dolor que llevo en el pecho.
Así comencé a cortarme, ya no era solo esa muñeca, eran las dos, mis piernas también sufrían el atentado, esto se volvió mí Adiccion, no sabía cómo describirlo, pero era la manera más útil que encontraba de desahogarme, porque las lágrimas ya no bastaban.
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Relatos cortos
De TodoAcompáñame a descubrir historias que paralizarán tu mente. Descubrirás un mundo nuevo lleno de misterio, suspenso y un toque de romance, cada capítulo es una historia diferente, un misterio que develar, estereotipos e inseguridades que eliminar. ¿Te...