Relatos cortos

Compatibles

De día una, de noche otra, jeje suena a cliché, cuando lo lean dirán a es "prostituta" pero no, no lo soy, soy una puta sicaria sin corazón que no me tiembla la mano para meterle un balazo a alguien entre ceja y ceja, tengo amigos, enemigos, no puedo evitarlo es parte del oficio, hoy tengo que acabar con alguien, no sé bien quien y francamente no me interesa, no necesito contar mi historia ni decir cómo llegue a ese punto, porque ¿importa?, no verdad, si me van a juzgar, lo harán de igual forma, salgo maquillada y disfrazada para cumplir con el encargo, solo tengo que seducirlo y después matarlo, fácil, ¿cierto?.

Llego al lugar, con una postura recta, firme, sin miedo, ni pudor alguno, con el tiempo me acostumbre a no mostrar temor ni timidez, después de ser revisada y aprobada, avanzó con pasos firmes hacia la habitación de mi víctima, me quito el abrigo que me cubre quedando en la ropa interior de encaje negro que llevaba, el esta de espaldas y me invita a un trago, yo le digo con voz firme que si, la clave es dejarlos pensar que tienen el control, cuando se voltea con las copas en las manos quede muda, no supe cómo reaccionar, era el tipo más ardiente que había visto en mi vida, era alto, ojos
Negros profundos, pecho recto, brazos fuertes, sin duda esculpido por los mismos dioses del Olimpo, respire pesadamente, borrando esos pensamientos lujuriosos que nacían de mi, avanzo hacia él y tomó la copa de sus manos, y mirándolo coquetamente tomó un trago, y avanzó hacia él toqueteando mis caderas, el pone una música sensual y me invita a bailarle, lo empujo despacio a la cama, quedado entre sus piernas, con movimientos sensuales voy bajando y subiendo, toco su pecho, y le susurro al oído, el me toma de las caderas y me acerca más a él, puedo oler su perfume embriagador, nuestras respiraciones chocan y se acerca lo suficiente para que nuestros labios choquen, y sin previo aviso invade mi boca, reaccionó al instante siguiéndolo de la misma manera, me despego de su boca y bajo a su cuello dejando besos húmedos, me despego de él y me voy desvistiendo quedando totalmente expuesta ante el, no es común en mi siempre termino el trabajo sin acostarme con los repulsivos tipos, pero él es diferente.

Me acerco y rodeó su cuello, me toma de la cintura y me coloca debajo de él, comienza a dejarme besos, me arqueo de placer, y gimo ante su tacto, después de llegar a él mejor clímax de la historia, me recuesto en la cama a recuperarme, después de media hora él está profundamente dormido, así que despacio bajo de la cama y me acerco a la mesa donde él se encontraba y tomó el sacacorchos que utilizo para el vino y me coloco encima de él, para terminar con la misión.

Cuando estoy apunto de terminar, me sorprende una mano que agarra mi muñeca en la que tengo sujeta el sacacorchos y con su otra mano me apunta con un arma, este definitivamente será mi fin.