Como lo he deducido ha pasado. Frank ha perdido la apuesta y yo tengo que cumplir un reto junto con el, perfecto estoy aquí para esto. Puedo hacer cosas mejores, tengo miles de talentos que todos quisieran poseer, aveces suelo presumirlos mucho pero para que los tengo si no los voy a mostrar.- Como habéis visto, Fox — ¿Fox? — a perdido, gane mil euros y la dicha de ver cómo está... chica muy hermosa por cierto — ruedo los ojos — le lanza cuchillos mientras la ruleta gira — ¡mierda, que!— es broma, la ruleta no rodará pero deberá lanzar el cuchillo junto encima de su cabeza o le cortaremos los dos pulgares. — en ese momento todos gritan de alegría ¿ que cosas hiciste para que todos te deseen esto? — eso te pasa por informarles a los lobos sobre el garage, creíste que no nos íbamos a enterar.
Entonces... ¿ los lobos y los dragones son enemigos y yo estoy en su bar con su gente y teniendo sexo con uno?
Entiendo que estoy fuera de los lobos pero si estas personas se enteran de que estuve ahí me comerán viva, me quemaran mejor dicho.
- Por que no ponemos esto más interesante y me dan un arco y una flecha— hablo, fuerte y claro.
Todos me miran en silencio algunos ríen otros me observan como si estuviera loca.
- El ratón a hablado. — dice el chico, con la cicatriz en la ceja.
- Y se supone que tú eres el gato, porque podría jurar que no podrías seguirme la pista. — le guiño un ojo y me paro del taburete, me acerco más a él y eso provoca el público todos ahora están de pie, atentos a cualquier movimiento.
No te intimides, Rose.
- ¿ Lizzie, que demonios piensas que estás haciendo? — me toma del brazo y me separa de ellos.
- Haciendo lo que no puedes, cobarde. — le doy golpes en la espalda y una sonrisa para disimular.
- Ahora, tráiganle el puto arco y la flecha. — ordena el tipo.
Frank me aleja un poco del círculo, está furioso pero no comprendo porque ha de estarlo si la estamos pasando de puta madre además el me trajo hasta acá.
- ¿ Que te sucede? — me susurra — tú no eres así.
¿ entonces como carajos soy?
- Que mierda vas saber tú, apenas me conoces. — respiro hondo y cierro los ojos. — te voy a decir tres cosas sobre mi que debes tomar enserio y que son completamente verdad — lo miro directo a los ojos y tomo su rostro con mis manos — Número uno: nunca me subestimes ni a mi ni nadie, nunca. Número dos: No me toques los cojones que tengo poca paciencia y número tres: No olvides las otras dos.
Conozco esa mirada que me da. Está conociéndome a la verdadera, o la otra parte de mi que el no conocía y tampoco pensé que lo haría, sabemos que todos tenemos algo bueno y algo malo lo mío es que puedo ser dos personas completamente distintas si así lo amerita la situación.
- Lizzie, bien. — me besa la mano — prometo cumplir con eso y no volver a subestimarte pero no cometas locuras no conoces a estas personas, siempre hay una trampa en sus trucos. Por eso son trucos... — como respuesta asiento con la cabeza y tomo el arco que me ofrecen.
- A tu lugar, fox.— lo empuja el gilipollas.
Mientras el público está esperando el acto en silencio, Frank está sorpresivamente quieto y con una expresión neutra, como si no le temiera a la muerte y hace poco temblaba por jugar billar contra unos imbeciles .
Después de confirmar que el había traicionado a los suyos y ellos solo querían castigarlos ahora soy yo la que tomaré la flecha y si fallo el podría morir, la vida de alguien está en mis manos pero no es algo que tengo el lujo de pensar, solo debo ser precisa, antes fui entrenada por los lobos.