Obsesión Creciente

CAPITULO 8 ↕ EL RADAR DE LOS PENSAMIENTOS ↕

↕ EL RADAR DE LOS PENSAMIENTOS ↕

James

La película de terror que habíamos escogido era un fracaso. Por más que intentara ponerle atención me parecía imposible, no entraba en mi campo de concentración, todo era totalmente predecible pero al parecer mi acompañante no lo notaba. Parecía más concentrada en tomarme del brazo o acunarse en mi pecho con la excusa de que le asustaba la película.

Pero por favor, que tiene para asustar una película de bajo presupuesto y que trata de animales prehistóricos que aparecieron sin razón alguna en un laboratorio de la crianza de gallinas. ¡Hasta se notaba que era de plástico!

Y no tenía la menor idea de porque Lizbeth se esmeraba en fingir que le asustaba esos banales rugidos y sangre falsa.

No iba a ser un caballero y fingir que me preocupaba.

Ya tenía suficiente con la grandiosa idea de Mery de ir al cine con alguien que la odiaba a ella por una envidia bien recibida. Pero no sería Mery si se diese cuenta. Su inocencia le iba a costar caro algún día.

─ ¡Oh James!, eso estuvo realmente horrible─ dijo Lizbeth apretando con sus largas uñas llenas de esmalte carmín al igual que sus labios en mi brazo ─ ¡no puedo parar de temblar del miedo que me provocó!

─ Que mal ─ acercó su mano para acariciar mi pecho por encima de la camisa de manga corta.

─ Y para olvidar esos malos sucesos.....qué tal si vamos a pasarla bien─ murmuró contra la piel expuesta de mi cuello.

Eso me interesaba más.

Pero no podía dejar a Mery y al imbécil de Jake atrás. No quería imaginar si se la llevaría a algún otro lugar para hacer lo que Lizbeth quería hacer conmigo. Si estaba en mis manos impedirlo, pues lo haría.

─ Tenemos que esperar a Mery y su....novio─ tras decir eso hizo un puchero que hizo ver a sus labios más apetecibles a los ojos de cualquier hombre. Pero lastimosamente para mí no era suficiente.

─ Pero ellos ya sabrán que hacer, vamos James. ─ Insiste.

─ No Lizbeth, vamos a...

─ Vayan tranquilos James, de seguro Lizbeth quiere tener privacidad contigo ¿verdad Lizbeth?

─ Si...─ respondió dudosa. La miraba con notable odio, y eso no me gustaba para nada. Otra cosa era acostarme con cualquiera y no conocía Mery, o por lo menos no la trataba ni miraba mal. Pero que hicieran eso con una de las personas más importantes en mi vida, me disgustaba por completo.

─ Entonces ustedes van por...

─ Vamos a la discoteca las delicias. Tomamos unos tragos y luego nos vamos. ¿Qué tal?─ la opción de Jake no parecía tan mala idea. Necesitaba despejarme para estar en ese punto con Lizbeth. Pero lo que no me agradaba era que Mery también iba a ir. Era muy peligroso para ella.

─ Pero Jake...─ replico Mery. No toleraba el alcohol.

─ Jake tiene razón Mery, vamos y vemos que pasa después. Porque tenemos tiempo de sobra. ¿Verdad James?

─ A mí me da igual. Mery ¿Tú qué opinas?

─ Pero yo....

─ Vamos cariño. Tenemos derecho a divertirnos juntos. ─ Jake besa el dorso de la mano de Mery. Ruedo los ojos ante eso.

─ Si no quieres Mery, te puedo llevar a tu casa sin problema alguno.

─ Al parecer la niña Foster necesita permiso de sus papis para salir.