CAPITULO 9

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CAPITULO 9 ↕

James

Los cuerpos sudados y tambaleantes eran la vista que tenía en frente. La pista de baile estaba inundado de jóvenes rondando mi edad con las hormonas lo suficientemente alocadas para olvidar y cometer sucesos que después probablemente se arrepientan.

─ ¿Viste a Jake, James?─ dice mientras jala la muñequera de mi chaqueta. Su vista recorre todo lo que puede de la pista.

La ingenuidad es su peor virtud.

Y al parecer no se dio cuenta que Lizbeth no volvió de retocarse el maquillaje.

─ No lo vi, se fue detrás de ti. Pero a lo que veo no te encontró.

─Tal vez se perdió─ balbuceó preocupada.

Por Dios, no dijo eso.

─ Si quieres puedo ir a buscar a tu hombrecito─ digo con ironía ─. Puede ser que se perdió y trata buscarnos─ me rio.

─ Oh James, te lo agradecería mucho─ la veo incrédulo pero no lo nota porque toma su gaseosa mezclada con Wiski ─. Ahora ve que se hace más tarde ─ me empuja.

Por más que intente enojarme con ella no puedo. No es culpa de ella ser tan ingenua y fácil de mentir. Me encanta que sea inocente pero me cabrea que otros se aprovechen de ello.

Camino por los alrededores viendo a todos los contaminados por el alcohol que hay en sus venas. Entro para mojarme el rostro en el baño único que hay pero el sonido de gemidos y jadeos me detienen. Estoy a punto de irme pero la persona que habla me detiene.

─ ¡Mierda! tienes unos jodidos pechos que me vuelven loco─ dice seguido de un gemido ronco. Sonrío.

─ Más, Jake. Más. Oh Dios. Joder eres tan bueno en esto─ dice Lizbeth tan fuerte que es imposible no oírla.

Hago mi sonrisa aún más grande. Esto era lo que me esperaba de su tan perfecto Jake Hamilton. Quiero dar un paso atrás pero choco con un genuino cuerpo más pequeño que el mío. Aunque la molesta música y los indiscutibles gemidos altos se escuchen en cualquier parte de este lugar. Mi mundo se queda en silencio al darme la vuelta y ver la sonrisa despreocupada de Mery. El verla así frente a mí, me hace pensar que tal vez ella ya sabe los desplantes de Jake pero lo que dice a continuación me confirma el hecho que todavía no se dio cuenta de quién son los gritos y palabras fuertes detrás de nosotros.

─ ¿Qué pasó? ¿Por qué tardaste tanto?─ su mirada soñadora y esperanzada es algo a cualquier tipo de hombre atraería, su sonrisa que tranquiliza el más grande caos. Es alguien que apenas ves te replanteas la idea de que si es real. Su mirada atrapa sin malas intenciones. Su fe te la pasa sin pedir nada a cambio─ Pensé que tú también te habías perdido por el local al igual que Jake ─ ella suspira con solo mencionar su nombre pero sin dejarme de lado en sus pensamientos. Y eso hace que la adora aún más de lo que ya hago.

Y comprendo que no puedo ser yo quién rompa su corazón por decirle de su bastardo novio. No merece tan terrible noticia. Al menos no por mí, que ya le di suficientes razones para aguantarme. Camino adelante con la intención de hacerle retroceder. Pero ya es demasiado tarde cuando desvía su atención de mí a los idiotas que siguen haciendo ruido en voz alta. Una mueca de confusión se instala en su rostro. Trato de detenerla pero se zafa de mi agarre y se escabulle dentro del único cubículo en el área.

Empuja la puerta con toda la fuerza que tiene, y aunque intento de que su esfuerzo sea en vano, ella ya ha abierto la barrera que nos separaba de su infiel novio. Su rostro se contrae al verlos. Ambos estamos frente a una escena que sé que va a ser difícil de borrar de la memoria de Mery. Un grito molesto sale de Lizbeth al vernos frente a ellos, pero pasa a una sonrisa cuando ve a Mery mirarlos con evidente dolor. La espalda sudada de Jake se tensa sin siquiera girarse a vernos.

Obsesión CrecienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora