Después del escándalo de la 97 line, Jungkook se esconde en su habitación dispuesto a no volver a salir. Jimin cree que Seokjin había sido demasiado suave para reprenderlo.
✿ SMUT JIKOOK.
✿ Jimin top, Jungkook bottom.
✿ Híbrido Jungkook (conejo, po...
Aclaraciones: Jungkook azabache, híbrido conejo, más alto, más joven. Jimin castaño, más bajo, mayor.
Cualquier error ortográfico o de redacción escríbanme para corregir. Disfruten la lectura.
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A este suéter me refiero en la historia. Kook no usa pantalones para estar acostado. Eso queso.
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Algunas horas habían transcurrido desde que la noticia se hizo pública. Su cuerpo y mente enredados en el edredón, ocultando sus redondos ojitos bajo unos párpados firmemente presionados. Durante largos minutos sostuvo el sermón sobre sus hombros, con la cabeza gacha y los hombros encogidos.
Seokjin podía ser incluso más aterrador que Bang PD cuando se lo proponía.
El jalón de una de las largas y esponjosas orejas aún dolía, irritada. Impulsivo, esa era la palabra que todos utilizaron para describirlo y reprenderlo.
¿Pero quién podía realmente culparlo? Era un chiquillo de 22 años, llevaba en casa con su equipo desde la última presentación que apenas y recordaba. Necesitaba salir, liberar tensiones, respirar aire. ¿Quién iba a imaginar que inventarían semejante tipo de escándalos?
Real o no, con la mano de Bang PD presionando su cabeza contra el escritorio, tuvo que narrar sus disculpas al mánager, quien se encargaría de hacer pública su redención en un vago intento de recuperar la imagen que tanto decían cuidar.
Sacudió la cabeza, evocando un larguísimo suspiro.
La mirada desaprobatoria del equipo no era lo que realmente le preocupaba. El tener que mantenerse sereno, altruista, incluso generoso, todo para enmendar su error, le ponía la piel de gallina.
Estaba muy consciente de que usarían esa carta en su contra cada vez que tuvieran la oportunidad, y, hasta que no se redimiera con todos y cada uno de los miembros, no tendría tiempo para respirar tranquilo.
Estúpido Eunwoo, pensó. Si tan solo no lo hubiese invitado, e insistido, quizás estaría sentado frente a la pantalla sobre el gran escritorio, jugando.
Porque claro, para él siempre sería más fácil retroceder el tiempo a morderse la lengua y acatar las órdenes. Un chiquillo malcriado, eso es lo que era.
Volviendo al presente, Jungkook escuchó un suave golpeteo desde la puerta que daba a su habitación. Sus largas orejas se asomaron tras las sábanas, buscando identificar de quién era ese llamado.
—Jungkook-ah.
Bien, era Jimin. Lo supo incluso antes de que hablara, pues su sensible naricita reconoció el suave aroma del sutil perfume ajeno. Le cosquilleó la piel, era sensible a las fragancias.
—Está abierto.
Balbuceó con los labios apretados.
El sonido de la puerta abriéndose y luego, cerrándose, le dio a entender que había sido escuchado.
