Él

3 0 0
                                    

Había transcurrido aproximadamente un mes desde que había hablado con Keiden, seguía con mi vida, cada vez me acercaba más a mis compañeros de clase, con los cuales pasaba momentos agradables, más mi confianza no estaba al 100% con ellos, me divertía con ellos, pero no teníamos la confianza tan profunda, pero creía que con el tiempo se podría.

Ese día me levante tarde, estaba lloviendo y no quería ir a clase mi periodo me tenía de malas pulgas, en fin no era mi día, y como siempre iba yo corriendo por los pasillos tarde, parecía que era una maldición que me perseguía; sentí que alguien más corría a mi lado al parecer también tarde, Keiden llevaba un suéter negro y se veía bien, parecía que todo lo que lo involucraba a él era perfecto, vi como entraba a su aula con toda la chulería que desprendía su aura, solo pude sonreír e imaginar como estaría mi cara en este momento con el malgenio que me cargaba esa mañana, al entrar a clase me percate que la profesora de matemáticas aún no llegaba, parecía que el día estaba empezando a mejorar para mí, pero hable muy rápido al momento de dejar mi fantasía la profesora iba entrando por la puerta un poco mojada y con un paraguas en la mano.

Sentí que tocaban mi hombro, al voltear estaba Manuel sonriéndome, le devolví la sonrisa un poco forzada --Hola preciosa, ¿cómo estas hoy? --- bien, bien y tú? -- me miró fijamente por un momento --- no te creo -- me dijo con media sonrisa y luego haciendo un puchero, la forma en que lo dijo me causo gracia y por primera vez en el día me reí sinceramente -- tú cara dice todo lo contrario -- seguí riendo, y le saque la lengua -- lo sé, pareciera que el mundo me odiara hoy -- yo no te odio --- lo mire con ternura, él tenía ese poder, de hacer sentir mejor a los demás, Manuel era un chico alto, apuesto, y lastimosamente mujeriego, pero cuando lo conocías te dabas cuenta que era un gran chico, era una de las personas que apreciaba y nos llevábamos bien, nos habíamos acercado por causa de un trabajo escolar, pensé que me tocaría sola pero resulto ser inteligente el chico, y después de no caer en su coquetería nos volvimos amigos.
La clase comenzó así que dejamos de hablar para prestar atención, hoy Lena estaba completamente pegada a su celular, y yo bueno, solo prestaba atención, no tenía celular ya que mis padres eran muy conservadores y creían que eso distraería mi mente de mis responsabilidades, y hacia poco había decidió abrir Facebook para estar en contacto con mis compañeras sobre cualquier cosa importante o solo reírnos un rato.
La campana sonó indicándonos cambio de clase, debíamos ir al gimnasio para la clase de deporte, me quite mi anhelado abrigo sabiendo que a mi profesor no le importaría que estuviera en mis días y de igual manera me haría correr, salí del aula junto a Lena y Manuel, yo sabía que a él le gustaba ella, sus ojos brillaban cada vez que la veía, pero lamentablemente Lena no le prestaba atención por su reputación de mujeriego; tuvimos que correr durante media hora por la cancha, y la otra media hora tuvimos que hacer estiramientos.
A la salida de clase Lena se quedó acompañándome hasta que me recogieron, en la tarde dormí apenas llegue a mi casa, eso de madrugar no era mi cosa preferida en la vida y más con cólicos, al despertar eran cerca de las 5:30pm hice mis deberes y habían unos que no entendía así que le pedí ayuda a quien siempre recurría en esas situaciones, abrí la laptop y entre en Facebook, le escribí un mensaje a Juan pidiéndole auxilio, le dije que no entendía el último ejercicio de estadística y él como siempre muy amable y gran compañero me dio la copia y luego me explico, al terminar mis deberes, fui a la cocina a buscar mi almuerzo, y de una vez aproveche para pedir pizza a la cena.
Estuve un rato navegando por Facebook y vi una foto de Keiden y sus amigos, estaban con el uniforme del colegio, él sonreía mientras veía hacia un lado, y me quedé observándolo Keiden me había ayudado, y ahora ya casi no era parte de mi vida, siempre estaba ocupado y yo no me animaba a llamar su atención, él era un buen chico a pesar de que solo pareciera un mujeriego por fuera, me recordaba a Manuel, ellos solo sabían divertirse escondiendo como eran realmente.

Un inesperado ¿porqué?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora