Barroco: "Misterio por Descubrir"

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Vives enajenada a tu conciencia casi todo el tiempo, que al momento de asomarse a opinar, escucho el silencio sonar y la sensación de vacío me inunda otra vez.


No estoy sola, no es un vacío permanente, no es un vacío hiriente; es más bien un ente ajeno a mi realidad. Ajeno a todo lo que me rodea y a lo que suelo vivir.


Es entonces donde doy vueltas en una especie de cóncavo, como el interior de un hexaedro.Cuatro picos, iguales. Mismas aristas, mismos lados, mismas medidas. No llego a nada.


Entonces intento desatar de nuevo el nudo, esta vez, por la cola del embrollo.


Me pregunto ¿si es que los primeros amores de la vida suelen irse a los meses, a los años, o quizás nunca?


 Si nuestros destinos van siempre en círculo, o si es que la vida nos los arrebata, como arrebatando le un dulce a un bebe, irónico lo sé, pero...

¿Cuándo es que aprendemos a amar? ¿Por qué les llamamos amores a aquellos que atravesaron nuestros más tiernos años adolescencia y de juventud?


¿Cuándo aprendemos a manejar las situaciones con madurez?


Será que creemos que sentimos amor...


La mayoría de las veces nos volvemos egoístas. Pretendemos que las cosas marchen a nuestro modo. Que el reloj gire en sentido anti horario solo porque en nuestra mente así es mucho mejor. 


Ya nadie da la hora,y todo se amolda a criterio nuestro.

Otras veces solemos desgastarnos, tal cual madre se desgasta con su hijo, por amor. Por su bienestar sin importar sus noches de desvelo o llanto por no entender lo que le sucede a la más preciada creación de su vientre.


Quizás en menor medida solemos herir en vez de sanar, herimos con acciones implícitas. Con palabras  entre líneas. Con dar más importancia a situaciones del ahora, dejando de lado lo que no se arregló  ayer. 


Intentando amar mientras tenemos el corazón atado a otra persona o sin tener preparación alguna.

Entonces me pregunto: ¿Y qué sucede con los que hacemos las tres a la vez?

Creyendo ser salvavidas de quien decimos amar, creyendo ser superiores al hoyo en dónde se encuentra quien decimos amar, creyendo revolucionar los pensamientos y dejando huellas de un futuro crecimiento en quien decimos amar.


Decimos amar...


¿Qué dejamos en el/ella?


¿Dolor?¿Recuerdos amargos?¿Lágrimas?¿Confusión?¿Desesperación?¿Sentimiento de rendición?

Analizándolo mejor:

Ayudamos de manera abstracta, dolorosa y a largo plazo. Somos los cuales menciona la gente al decir: "El/la que me rompió el corazón","El/la que no me supo valorar", "El viejo amor que me hizo ser lo que soy ahora" "El dolor tan fuerte que agujereó mi corazón y aún así, hoy en día es más firme y valiente" Servimos de enseñanza

 ¿moraleja? tal vez.


Pero en el transcurso que atravesamos la vida de quien alguna vez fue nuestra mayor inspiración, no la pasaron bien.


Ellos escribiendo en pretérito, nosotros escribiendo en porvenir. Ellos llorando en el ayer, nosotros llorando en el mañana.


Puede que no todos se acuerden de sus viejos acompañantes. 


Y los que nos acordamos, somos quienes hoy en día vemos el crecer independientemente, o quizás al lado de alguien más, con algo de nostalgia en el interior y tal vez también con un poco de absurda alegría, que esas semillas dieron fruto, mientras fuimos quienes no les daban agua cuando necesitaban beber, mientras fuimos el sol ardiente sin dar lugar a la sombra, mientras fuimos espinos rosando delicados pétalos.



Escritos...Where stories live. Discover now