Oculta Traición.

IV.

Connor.

Observo a Be durmiendo mientras mis manos juegan con su cabello, es algo que le gusta desde pequeña y yo me acostumbre con el tiempo, ahora me gusta hacerlo sin que me lo pida y la admiro al dormir. Cuando me pidió que me quedara con ella esta noche, viéramos películas y luego durmieramos, me sentí realmente feliz. Es algo común en realidad, su familia me conoce desde que nos hicimos amigos y eso hizo que la confianza creciera en mí, sus abuelos Dana y Oliver siempre me piden que la cuiden pero yo lo haría sin que lo pidieran. La Sra. Dana ya se dió cuenta, y esto lo se porque Be me comentó lo que hablaron el día que la visitó, eso solo me hace pensar en que la chica que me tiene loco de amor, está ciega. Les da consejos de amor a todos e incluso le ha dicho a nuestros mejores amigos que se nota el amor que se tienen por la forma en que se miran, sin embargo, todos se dan cuenta la manera en que yo la miro menos ella. Anoche por ejemplo, verla arreglarse, como se esmera en hacerlo y saber que no lo hace para que los demás la vean linda, como muchas chicas, sino para ella misma, es una de las cosas que más me gustan de ella. Porque simplemente, para mí, es perfecta; Su mirada, tan profunda, resalta el color café de sus ojos, con tan solo verla sabes si se siente bien, si algo le disgusta, si está triste, si está feliz, la manera en que brillan sus ojos cuando ve a una persona que le gusta la delata, y esto lo sé porque he tenido que verla con las dos relaciones que ha tenido; Su cabello castaño oscuro semi ondulado, que puede llevarlo asi siempre que quiera e igual se verá hermosa; Su tez blanca con delicadas pecas en el rostro; Sus labios tan rosados como sus cachetes; Y ni hablar de su sonrisa, cada vez que sonríe mi mundo se paraliza,  realmente creo que el mundo entero lo hace; No es pequeña, casi llega a mi altura; Su cuerpo, a pesar de no ser trabajado, no está nada mal, sus curvas lo confirman al igual que sus piernas gruesas. En definitiva yo no puedo encontrar un error en ella excepto el hecho de que no me ve.
Cuando nuestra amistad comenzó teníamos casi cinco años, ella los cumplía el quince de octubre y yo el treinta del mismo mes. La ví peleándose con un niño mayor que ella por defender a otro niño que tenía nuestra edad, al ver la escena, aún siendo un niño, me conmoví tanto, una niña de apenas cuatro años estaba defendiendo a un compañero que era agredida por otro mayor, no le dió miedo, no sintió temor de que tomara replesalias, simplemente lo ayudó, yo me acerque para ayudarla pero el niño se fue corriendo puesto que ya se habían dando cuenta las profesoras. Me presente, me dijo su nombre y le dije "Eres mi mejor amiga desde ahora, Be" ella sonrío y aceptó respondiendo "Eres mi mejor amigo desde ahora, Conito" y desde ahí comenzó nuestra historia.  Juro que no la había visto con otros ojos hasta hace dos años, cuando empezamos la universidad. Verla tan responsable, enfocada en la carrera, realizando sus deberes al día y siendo tan natural, fue lo que me empezó a enamorar. Siempre habíamos estudiado juntos, mis padres y sus abuelos se ponían de acuerdo, pero cuando nos graduamos de la secundaria algo en ella cambió. Maduró, se hizo más mujer, no se que haya sido pero eso fue justamente lo que me atrapó. Ver cómo se preocupa por los demás a pesar de que lleva un gran peso en su hombro, el de sus padres, es algo que me deja sin voz. Ella siempre ha vivido sin su apoyo, sin su amor, sin su atención, si no fuese por sus abuelos, no se qué sería de ella y verla tan decidida a ayudar, a resolver la vida de otros o darles un empujoncito para seguir, es algo que la define fuerte. Se que se siente sola muchas veces porque lo habla conmigo, a veces incluso hasta llora por ellos, y la entiendo, porque mis padres viven en un matrimonio feliz y nos dan todo el amor que pueden a mi hermano menor y a mí y ver como los de ella no se preocupan en lo absoluto me enfurece porque no hay chica más especial que Beatrice y ellos ni la notan. Esto me ha hecho estar aún mas con ella, siempre que me necesita, si se siente bien o mal, cuando enferma paso horas y horas a su lado esperando que se sienta un poco mejor y si no lo hace me quedo a pasar la noche cuidándola. En definitiva, estoy locamente enamorado de ella pero no lo ve.