V.

11 0 0
                                    

¡No puede ser! Estoy sorprendida, realmente muy sorprendida. Veo a Aaron llegar al final en primer lugar y con mucha ventaja. Las personas que se encuentran a mi alrededor se han vuelto locas gritando su nombre como si no hubiese un mañana. Lía brinca a mi lado por un momento, luego se detiene, coloca su brazo derecho sobre mi hombro, se acerca a mi oído "te lo dije" puedo escuchar en medio de tanto escandalo. Y si, me lo dijo, pero es impresionante el hecho de que los demás llegaran unos minutos después que él. Veo como muchas chicas se acercan e intentan abrazarlo, el sonríe pero no les corresponde el gesto. Nuestras miradas se encuentran y sigo sin comprender qué es lo que me pasa con este chico que además de ser señalado de bravucón, resulta que es el mejor competidor de carreras de motocicletas, callejeras y peligrosas. Es como una corriente, como si ya lo conociera de toda la vida, como si... no, eso no, él no es mi tipo y no me gusta. Me acerco para felicitarlo, veo como muchos chicos se han colocado a su alrededor, dándole la mano o una palmada en la espalda. Me tenso, tienen muchos tatuajes por lo lugares al descubierto, no me imagino en los que no se ven, como en sus pechos o espaldas.

-Ellos son nuestros amigos, no te asustes- escucho decir a Lía y me tranquilizo en cierto modo.

-Tienen tatuajes por doquier- digo con los ojos de par en par.

-Un tatuaje no define la personalidad de una persona. Aunque muchas personas los juzguen como chicos rudos por tenerlos, créeme que no son así. No porque tú tengas un tatuaje, te hace ser mala. Yo tengo uno, mira- observo justamente en su espalda una mariposa con las alas poco abiertas como si volara, sin color, únicamente negro y es hermosa- ¿Te parezco una chica mala?- y la verdad es que no, Lía parece ser una buena chica, tiene buenos modales y es amigable.

-No- respondo.

-Lo ves, no dejes que un tatuaje te hable de los demás- asiento y llegamos donde están los chicos.

-Felicidades- digo para Aaron y este sonríe de oreja a oreja.

-Gracias - responde guiñando un ojo, creo que se le está haciendo costumbre o siempre lo utiliza con las chicas. Idiota. Le devuelvo el guiño y sus amigos planean tomar algo en un lugar que mencionan como su favorito o guarida. Miro el cielo y ya el sol se ha escondido para darle paso a la luna, puedo admirar algunas estrellas que han quedado al descubierto sin ninguna nube que las cubra. Observo mi celular y veo que son un poco más de las siete. Quizás pueda quedarme un rato más.

-Be- escucho a Aaron. Lo miro y vuelve a hablarme - ¿Quieres irte o prefieres quedarte un rato más? - Observo a Lía quien me sonríe y junta sus manos en forma de petición.

-Quédate un rato más, por favor. Déjanos conocerte mejor- asiento respondiéndole a Lía.

Todos buscan sus motocicletas y yo me subo junto con Aaron a la suya, Lía se ha ido con uno de los chicos quien con tan solo una mirada ha logrado sonrojarla. 5 minutos después llegamos a un lugar desde donde puedes admirar la ciudad. Quedo fascinada con la vista, es hermosa, no se puede negar. Las luces parecen pequeñas estrellan con un brillo inigualable, los coches que circulan parecen pequeñas hormiguitas pero mucho mas las personas que van caminando.

-Y bien Beatrice, cuéntanos de tí- Es el chico con quien Lía llegó. Es guapo, alto, de tez blanca, ojos oscuros, cabello castaño, musculoso. Entiendo porqué le gusta.

-Porque mejor no me dicen sus nombres. Solo conozco a Lía porque Aaron nos presentó y estuve todo el tiempo a su lado.

-Yo soy Simón- me responde el chico guapo- él es André- señala a otro de los chicos, quien tiene rasgos parecidos a los de Aaron- Carlos, Gabriel y Samuel- señala a cada uno en su lugar y todos sonríen mientras se acercan para estrechar su mano con la mía. Me presento y comenzamos a hablar conociéndonos. Les hablo de mi carrera, como fue que la escogí y lo que quisiera hacer en un futuro. Ellos igualmente me hablan de sus vidas, todos estudian a excepción de Samuel, quien tiene un poco más de 26 años y ya salió de la universidad. Los demás van con nosotros, entre 20 y 22 años. Lía en cambio, tiene 19. Me dejo llevar con su presencia ya que son personas muy amigables, es cierto, un tatuaje no los define. Son todo lo contrario a bravucones y pesados. Aunque supongo que por estos lados, y gracias a las carreras callejeras, deben haber de vez en cuando ciertas peleas.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Feb 11, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Oculta Traición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora