zeița zorilor • Kamigami no Asobi•

⊰ Esa diosa, confundida ⊱

𝙽𝚊𝚛𝚛𝚊𝚍𝚘𝚛 𝚘𝚖𝚗𝚒𝚜𝚌𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎.

La pequeña diosa Eos, se encontraba sentada, fuera de la Sala de educación sexual que tenían los estudiantes. Justificó su salida, diciendo que ya sabía todo sobre la vida. Thot, obviamente le importó un carajo lo que decía y le obligó no salir de su clase, y guardar silencio.
Ella, con carácter hizo un show diciendo que ya tenía los años suficientes para ver lo que vería un dios recién nacido. Thot no soportó más la falta de empatía y la desubicada diosa y logró el objetivo de ella; salir de esa aburrida clase.

—No deberías hacer eso. –La voz calmada y masculina de un hombre logra la atención de la diosa y ella se gira a la dirección de dónde provenía la voz.

—¿Eres? –Preguntó levantando una ceja, viendo a un chico sujetando un pequeño conejo adornado en sus brazos.

—Soy Tsukito Totsuka, pertenezco a la mitología japonesa. Dios de la Luna. –Se presentó y hizo una pequeña reverencia.

—¿Tienes sueño? –Preguntó. Él la miró confundido y luego negó. — ¿Por qué hablas así entonces?

—¿Hablar así? –El muchacho preguntó confundido. Mientras colocaba la yema de sus dedos sobre su garganta. —Es mi voz. –Le respondió.

—Wow, tu voz es muy calmada. –Le responde la chica.

—Hmm. –Solo se molesta en decir eso.

—No eres muy hablador eh. –Eos suspira y luego ve la vista del atardecer. El día pasaba realmente lento, no parecía el Olimpo.
Para ser sincera extrañaba su hogar, y suena bastante tonto, pero también extrañaba a Helios. ¡Ja! Decir eso y recién era el primer día.
—¿Escapaste de clases?

—Pedí permiso para ir al baño, pero me distraje y vine a ver cómo está mi mascota.
Yui me dijo que tengo derecho de poder salir, soy el presidente de la clase, me ocupo de que los alumnos estén en donde deben estar y respeten las normas del colegio. –Explicó. —No deberías estar fuera de clase, lo pondré en la lista.

—¡Oye! Viste que el tonto de Thot me echó. –Le respondió en forma de queja. La expresión del chico sigue igual, notó la diosa. — Estoy tranquila aquí, no hay un tonto Dios egipcio que me diga qué hacer.

Tsukito asintió y luego dió una reverencia, diciendo que volvería a clase, ya que tardó demasiado.
Eos lo saludó y luego se re costo sobre el suelo frío.
Y luego dio un gran suspiro, cerro los ojos y luego sintió una sombra tapando el atardecer del Sol.

—¿Quién apagó la luz? –Abrió los ojos y se encontró con la vista de Thot.

—Vuelve a la clase, estaremos hablando de sentimientos. –Thot sonó amenazante y firme a sus palabras.

—Ah, caray eso no me interesa. –La chica cerró los ojos y luego sintió que las sujeto debajo de su chivo y la colgó estilo bolsa de papa. No se resistió, ya que perdió fuerza al colocarse la bincha que le había puesto Zeus, y sin duda el morocho estaba realmente muy bien formado. Así que solo se acomodó y luego llegaron a la puerta del salón. —Puedes bajarme, no quiero que los hijos del tonto de Zeus y su adorable tío me vean en una situación así.